Científicos advierten que la fractura hidráulica provoca el aumento de la radiación a decenas de kilómetros del pozo

Jessica Lutz / Reuters

Por RT

Especialmente vulnerables son las comunidades pobres que a menudo se encuentran en las zonas afectadas.

Un equipo de científicos estadounidenses ha descubierto que las personas que viven cerca de los lugares donde se llevan a cabo operaciones de ‘fracking’, o fracturacón hidráulica, pueden estar expuestas a las partículas radioactivas liberadas por esa actividad de extracción petrolífera.

Tras analizar la radiación en los alrededores de 157 sitios donde se practica la fractura hidráulica, los investigadores detectaron altos niveles de radiación en un radio de 19 kilómetros alrededor de los pozos, alcanzando el nivel máximo en las proximidades del mismo.

“Encontramos que, a medida que los sitios [de toma de muestras] se acercan a estos complejos, aumenta la radiactividad de las partículas”, cita el diario The Harvard Crimson a un miembro del equipo, Petros Koutrakis.

En cuanto a los efectos que los elevados niveles de radiación tienen para las personas que viven en las áreas cercanas a los lugares de ‘fracking’, el investigador advirtió que, aunque no causa enfermedades inmediatas, sí puede aumentar el riesgo de problemas crónicos de salud, afectando el funcionamiento de los pulmones y el corazón, además de aumentar la tasa de defectos de nacimiento y la mortalidad.

Especialmente vulnerables son las comunidades pobres que a menudo se encuentran en las zonas afectadas.

Al mismo tiempo, Koutrakis indicó que, dado que el Gobierno de EE.UU. no califica los desechos de la hidrofracturación como nucleares, estos residuos acaban en vertederos municipales o se utilizan para la irrigación.

Actualmente, el equipo de Koutrakis trata de establecer cuándo ocurren las fugas de las partículas radioactivas. En particular, consideran la posibilidad de que tengan lugar durante la producción del petróleo, el almacenamiento de las aguas residuales o la transferencia del petróleo a través de bombas.

El artículo fue publicado en la revista Nature Communications.

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