España sigue con su plan de cerrar las centrales nucleares apostando “por quemar gas cuando no hay viento ni sol”

La central nuclear de Cofrentes, España, el 15 de septiembre de 2021. Foto: Eva Manez / AFP

Por RT

Francia, por su parte, dio un nuevo espaldarazo a la energía nuclear anunciando la construcción de nuevos reactores atómicos para preservar su independencia energética.

El alza de los precios de la factura de la electricidad dentro de la Unión Europea ha vuelto a poner en primer plano el debate sobre la energía nuclear. Quienes la defienden aseguran que es limpia y produce de forma estable, por lo que critican el plan del Gobierno de España de poner fin a las centrales nucleares.

El país ibérico es el segundo miembro de la UE que más energía nuclear genera, tan solo por detrás de Francia. Es por ello que ese sector presiona para que Madrid tome el ejemplo de París y construya centrales atómicas que complementen a las renovables. Sin embargo, las autoridades españolas insisten en una transición completa hacia las energías limpias.

“En España, seguimos apostando por las renovables y por quemar gas cuando no hay viento ni sol”, reprocha el experto en energía nuclear Alfredo García, en declaraciones a RT. A pesar del récord histórico de los costes de la energía en el país ibérico, el Ejecutivo mantiene su hoja de ruta para clausurar los siete reactores existentes entre los años 2027 y 2035.

“Exportador de energía limpia”

Recientemente, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, explicaba cuál era el objetivo a medio plazo. “Lo importante es avanzar hacia un nuevo modelo energético basado en las energías limpias y en el ahorro energético. Nuestro compromiso es absoluto porque podemos resolver uno de nuestros males, la dependencia energética, y convertirnos en exportador de energía limpia”, dijo Sánchez.

Sin embargo, los activistas medioambientales van más allá y consideran que no se debería esperar varios años, por lo que exigen que las plantas nucleares en España se cierren inmediatamente. Argumentan que algunas de esas centrales ya están viejas, otras deterioradas y que su funcionamiento supone un alto riesgo.

“En vez de un accidente cada 100.000 años que se suponía que iba a ocurrir según los cálculos de los técnicos comerciales, la realidad es que ha habido un accidente comercial cada 10 años, y luego, multitud de accidentes de menos categoría”, afirma el activista José Juan Sánchez.

No obstante, la semana pasada el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio un nuevo espaldarazo a la energía nuclear al anunciar la construcción de nuevos reactores atómicos para preservar la independencia energética de su país, y en favor de la lucha contra el cambio climático, ya que esa tecnología no emite gases de efecto invernadero. Un apoyo que también está recibiendo en China, India o en naciones del este de Europa.

“Polonia, Hungría, Rumania, Eslovaquia, muchos países están apostando por la energía nuclear porque consideran que es necesaria para mitigar el calentamiento global y garantizar el suministro eléctrico y siempre de la mano de las energías renovables”, valora Alfredo García.

¿Las plantas nucleares tienen sus días contados?

Pero la tendencia no es así en toda la Unión Europea. Las plantas nucleares tienen sus días contados en algunas naciones de la región. “En Alemania se van a cerrar todas las centrales nucleares. Bélgica tiene un calendario de cierre. Suiza no va a volver a utilizarlo. Eso ya paso con Italia: tenía y no ha pasado absolutamente nada”, recuerda José Juan Sánchez.

En la reciente Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) celebrada en Glasgow (Reino Unido), se puso otra vez de manifiesto que dentro de la UE existen desacuerdos por la energía nuclear. Alemania pidió a la Comisión Europea que no se clasifique la energía atómica como verde, argumentando sus altos costes y el problema de los residuos que deja atrás, mientras que Francia cree que la energía nuclear es una buena alternativa a los combustibles fósiles.

España ha preferido evitar posicionarse en este pulso que deberá dirimir la Comisión Europea. El Gobierno español manifiesta claramente su respaldo a las energías renovables, pero a su vez los datos son tozudos y muestran que la energía nuclear lleva 10 años consecutivos en este país siendo la primera fuente de producción eléctrica.

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