La sangre de los otros

El silencio de los medios de comunicación colaboracionistas acerca del fallecimiento del biólogo Luc Montagnier, Premio Nobel de Fisiología y experto mundial en virus debería ser suficiente para que mucha gente que todavía no ha despertado se haga preguntas.

El que eliminen de la conciencia colectiva a todos los que ellos llaman “negacionistas”, que, en realidad sólo somos gente que se ha molestado en investigar, leer y contrastar, es una de las mayores afrentas de este siglo; algo difícil de digerir en un mundo que presume de libertad de expresión y respeto a la ciencia.

No siguen a la ciencia los que ocultan el fallecimiento de alguien tan importante solo porque tuvo el inmenso valor de decir la verdad, de no dejarse comprar, de no tener miedo y de ser un hombre honesto y honrado.

Todos los periodistas que están callando la muerte del biólogo deberían morirse de vergüenza por estar actuando como unos miserables a cambio de sus puestos de trabajo y su dinerito.

Hubieran hecho lo mismo cuando los alemanes entraron en Hungría, habrían actuado igual en el Paris ocupado, hubieran sido esos cobardes delatores, los colaboradores necesarios con su silencio cómplice.

¿Tenéis conciencia? Sabéis lo que sois, pero si no os quita el sueño es que además no tenéis la mínima conciencia.

Estáis colaborando con la mega industria farmacéutica que son empresas privadas que han introducido sus productos causando miles de muertes en la población que os cree, que se pinchó veneno e incluso se lo puso a sus hijos porque vosotros en las radios y las televisiones no paráis de mentir veinticuatro horas.

¿Tras dos años no habéis podido leer ni escuchar a los miles de biólogos y médicos que lo estamos diciendo?Sois cómplices de la mayor tragedia de la historia de la humanidad, de la muerte de inocentes, y además lo hacéis por egoísmo.

Dais cuenta de lo que sois, y la próxima vez que veáis una película con miserables colaboracionistas no oséis identificaros con el héroe interpretado por Cruise o Pitt, no, vosotros sois los villanos, los cobardes, los arribistas a los que el sufrimiento de la gente no os importa nada mientras mantengáis vuestra sección en ese programa, vuestro papel en esa serie o vuestra columna en ese periódico.

No, ya no podéis decir que no lo sabíais, ni que era una emergencia, ni que era el “consenso científico”, ni que decíais lo que os mandaban.

La muerte del gran Montagnier debería ser noticia de primera plana. Me dais asco, pero también pena porque teniéndolo todo elegisteis el camino de la oscuridad, de lo peor del ser humano.

Fingís descaradamente actuar por el bien de la salud mientras promocionáis sustancias génicas no aprobadas, que no inmunizan en absoluto ni tampoco hacen que se enferme con menor gravedad; inyecciones que están matando y enfermando a la gente.

Como periodistas e influyentes deberíais al menos fomentar el debate, tendríais que molestaros en ver los datos oficiales, las cifras de muertos, la coincidencia con las campañas de las vacunas.

Hacer click sobre la imagen para ampliar

 

Os compadezco, debe ser horrible saberse una mala persona, tiene que ser muy duro estar en vuestro pellejo de sucios lacayos sin conciencia.

La muerte del Profesor Luc que silenciáis será vuestra losa porque la gente os está descubriendo. Siempre hubo tipos como vosotros en la historia de la humanidad.

Algún día vuestros hijos os preguntarán ¿y tú qué hiciste mamá?, puede que entonces veáis vuestro auténtico rostro podrido desde la seguridad de vuestra casa comprada con sangre de otros.

Fernando López-Mirones
Fuente: https://t.me/elaullido

Los vergonzantes titulares con que la prensa nacional infama la memoria de un investigador que se atrevió a denunciar públicamente a la genocida indus- tria de la enfermedad, como sabemos, propiedad de los banqueros de la élite (fondo BLACKROCK), que casualmente también son propietarios de todos los periódicos y televisiones. Si hacen esto con un -antaño- prestigioso Premio Nobel ya sabes lo que nos cabe esperar a los contrainformadores de a pie.

Visto en: Astillas de Realidad

Deja una respuesta

Deja un comentario