Científicos descubren una ‘copia’ de Júpiter a 17.000 años luz de la Tierra

Por RT

El exoplaneta K2-2016-BLG-0005Lb parece ser un ‘gemelo’ de Júpiter en términos de masa y distancia de su estrella.

Un estudio publicado recientemente en el archivo de preimpresión ArXiv.org por un equipo internacional de astrofísicos recoge el descubrimiento de un planeta casi idéntico a Júpiter que orbita una estrella a una distancia colosal de 17.000 años luz de la Tierra.

El exoplaneta, denominado K2-2016-BLG-0005Lb, parece ser un ‘gemelo’ de Júpiter en términos de masa y distancia de su estrella.

David Specht, estudiante de doctorado de la Universidad de Mánchester y autor principal del estudio, explicó que hallaron el K2-2016-BLG-0005Lb utilizando los datos del telescopio Kepler recopilados entre abril y julio de 2016, período en que monitoreó regularmente millones de estrellas cerca del centro de la galaxia.

El objetivo del equipo consistía en buscar pruebas de un exoplaneta y de su estrella anfitriona doblando y magnificando temporalmente la luz de una estrella de fondo cuando pasa por la línea de visión de la lente del telescopio, lo que se conoce como efecto de microlente.

“Para ver el efecto se requiere una alineación casi perfecta entre el sistema planetario de primer plano y una estrella de fondo“, explica Eamonn Kerins, investigador del Consejo de Instalaciones de Ciencia y Tecnología, que financió el estudio. “La posibilidad de que una estrella de fondo se vea afectada de esta manera por un planeta es de una entre cientos de millones”, asegura.

Para el nuevo estudio se modelaron exhaustivamente los conjuntos de datos combinados y se concluyó que la señal, sin lugar a dudas, es causada por un exoplaneta distante.

La Agencia Espacial Europea planea lanzar el próximo año su misión Euclid, cuyo objetivo es mejorar la comprensión de la energía y la materia oscura midiendo con precisión la aceleración del universo, aunque también podría emprender una búsqueda de exoplanetas usando el efecto de microlente.

“Aprenderemos cuán típica es la arquitectura de nuestro propio sistema solar. Los datos también nos permitirán probar nuestras ideas sobre cómo se forman los planetas. Este es el comienzo de un nuevo y emocionante capítulo en nuestra búsqueda de otros mundos”, concluyó Kerins.

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