Detectan los dañinos ‘químicos eternos’ en ropa para bebés y envases de comida para animales

Por RT

Son unas sustancias que con el tiempo pueden convertirse en polvo y ser inhaladas fácilmente por los bebés y los animales. Entre otros peligros, afectan negativamente al desarrollo de los bebés y al sistema reproductivo, además de aumentar el riesgo de cáncer.

Una gran parte de los envases de alimentos para mascotas, así como de productos textiles para bebés y niños pequeños en EE.UU., podrían contener unos productos contaminantes conocidos como ‘químicos eternos’.  

Se trata de las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés), que con el tiempo pueden convertirse en polvo y ser inhaladas o ingeridas por los menores y los animales, ya que son seres que “pasan mucho tiempo en el suelo o cerca de él y exploran el mundo a través de la boca”, advierte Environmental Working Group (EWG), una organización estadounidense de defensa de la salud pública.

“Es casi imposible evitar las PFAS porque, como confirman estas pruebas, prevalecen en todos los aspectos de nuestra vida diaria”, comunicó Sydney Evans, analista científica de EWG, quien dirigió el proyecto que pudo determinar que las PFAS también “pueden contaminar el aire y el agua una vez que los artículos se desechan en la basura”.

Durante su estudio, la organización analizó 11 bolsas de comida para mascotas y descubrió que todas contenían la sustancia tóxica, algunas incluso en niveles extremadamente altos. “Esto representa una fuente importante de PFAS en el entorno doméstico”, señaló Evans.

Por otra parte, también se sometieron a pruebas de laboratorio “una amplia variedad de productos textiles para bebés y niños”. Los resultados de 34 muestras revelaron que la ropa de cama contenía el mayor porcentaje de toxinas, al igual que los baberos, la ropa de abrigo y las bolsas de refrigerios.

“Los padres deben poder sentirse seguros de que los productos que compran para sus hijos están libres de PFAS tóxicas”, sostuvo la experta, subrayando que “es absolutamente fundamental” eliminar “toda exposición innecesaria” de las familias a los productos químicos “lo antes posible”.

Las PFAS afectan negativamente al desarrollo de los bebés, así como al sistema reproductivo, aceleran el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer y pueden influenciar en el metabolismo, generando cambios en el colesterol y aumentando el peso, señaló EWG en su comunicado.

“Debido a que estas sustancias químicas persisten en los cuerpos humanos, también pueden afectar las funciones cognitivas, pulmonares y reproductivas […] durante la niñez y la edad adulta”, concluyeron los investigadores.

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