Un escupitajo recogido en una acera permite resolver dos asesinatos cometidos hace más de 10 años

Por RT

El sospechoso no negó los cargos, por lo que se espera que se enfrente a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

La Policía de Los Ángeles cerró este martes el caso de los asesinatos de una adolescente y una mujer joven cometidos en 2011 al reconocer el acusado los cargos que se le imputaban. Tras más de una década sin poder demostrar la culpabilidad del sospechoso, finalmente fue posible mediante el uso de ADN recolectado de un escupitajo en una acera, informa NBC News.

Geovanni Borjas, de 37 años, no negó ser el culpable del asesinato y violación de Michelle Lozano, de 17 años, quien desapareció el 24 de abril de 2011, y de Bree’Anna Guzmán, de 22 años, desaparecida a finales de diciembre del mismo año.

Borjas se enfrenta a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional cuando sea sentenciado el 12 de diciembre.

Los investigadores utilizaron en 2017 una controvertida técnica conocida como prueba de ADN familiar para vincular a Borjas con el crimen. Tras obtener las pruebas forenses de las víctimas, las compararon con ADN de las bases de datos policiales y la búsqueda resultó en una coincidencia con el padre de Borjas, cuyo ADN estaba en los archivos a causa de un arresto anterior.

A raíz de la coincidencia, agentes de Policía comenzaron a seguir a Borjas y recolectaron su ADN después de que escupiera en una acera. El ADN del sospechoso coincidió con el recogido en las escenas de los crímenes y Borjas fue arrestado. El hombre fue acusado de dos cargos de asesinato y de violación y un cargo de secuestro.

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