Pandemia, conflicto en Ucrania e inflación récord: la triple crisis global

Por Alfredo Zaiat / Sputnik

Visto en: Sott.net

La economía mundial, en la etapa de la globalización y hegemonía de las finanzas globales, está acostumbrada a recibir periódicamente ‘shocks’ que provocan un crac bursátil y posterior recesión, pero nunca antes había padecido una triple crisis en el breve lapso de tres años, como sucede desde 2020.

Primero fue la pandemia de COVID-19, luego cuando comenzaba la recuperación irrumpió el conflicto en Ucrania y las sanciones económicas a Rusia, para finalmente ingresar en un período de elevada inflación que arrojará a la economía mundial a un escenario de recesión por el alza de la tasa de interés internacional.

Estos shocks negativos han provocado una profunda alteración en el funcionamiento de la economía internacional y la respuesta de las bancas centrales de las potencias occidentales se repite como si esta crisis fuera igual a las anteriores, cuando no lo es.

La reacción inmediata ha sido subir la tasa de interés para frenar los aumentos de precios, como si la inflación fuera causada por un exceso de demanda, cuando el estrés que está pasando la economía global tiene su origen en las consecuencias de la pandemia y en la alteración de los mercados de alimentos y energía por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Como el instrumento utilizado para atender la actual presión de precios — una sostenida suba del costo del dinero — no resulta efectivo, la actual instancia de la crisis es autoinfligida por las bancas centrales occidentales.

La propuesta agresiva de la Reserva Federal

La banca central estadounidense mantendrá su postura decididamente restrictiva en los próximos meses, al sentar las bases para que las tasas de interés lleguen al 5% en marzo de 2023, lo cual podría provocar una recesión en Estados Unidos y en gran parte del mundo.

El Comité Federal de Mercado Abierto — FOMC, por sus siglas en inglés — aumentó las tasas en 75 puntos básicos por cuarta reunión consecutiva, adelantando que seguirá con otro ajuste similar. Pero esto no será la última suba.

El consenso de economistas del mercado financiero prevé que las tasas suban otro medio punto en diciembre, y luego un cuarto de punto en las dos reuniones siguientes.

Consideran que la Reserva Federal (Fed) está decidida a no dar un giro demasiado pronto en su lucha contra una inflación que se encuentra en su punto más alto de los últimos 40 años. Una tasa más alta refleja un alza mayor de la esperada de los precios al consumidor, excluyendo los alimentos y la energía, en los últimos dos meses.

El presidente de la Fed, Jerome Powellha dicho que el banco central está firmemente comprometido con la restauración de la estabilidad de precios y ha invocado repetidamente a su predecesor Paul Volcker, que elevó las tasas a niveles sin precedentes para contrarrestar la inflación a principios de la década de 1980.

Powell advirtió que el proceso será doloroso, porque el objetivo es diseñar una tasa de crecimiento de la economía para reducir las presiones de precios.

Dijo que “los datos recibidos desde nuestra última reunión sugieren que el nivel final de las tasas de interés será más alto de lo esperado”. Y agregó: “Es muy prematuro pensar en hacer una pausa”.

El FOMC informó que aún se necesitan “aumentos continuos” para llevar las tasas a un nivel que sea “suficientemente restrictivo para devolver la inflación al 2% con el tiempo”.

Inflación récord en Europa

A la vez, la inflación sigue imparable en la zona euro. El índice de precios de consumo armonizado (IPCA) ha vuelto a marcar otro récord histórico en los países del euro tras situarse en el 10,7% interanual, según Eurostat.

El componente energético, con una alza del 41%, ha vuelto a ser el que más ha contribuido al aumento de los precios. Una muestra más de que Europa es la principal víctima económica de la estrategia de la OTAN, bajo el dominio de EEUU, frente a Rusia.

La inflación subyacente, por otro lado, ha escalado hasta el 5%, dos décimas más de lo que se había previsto. Igual de preocupante es el avance mensual de los precios, que se ha situado en el 1,5% en octubre, lo cual revela que la inflación sigue muy activa dentro de la zona euro.

Subir la tasa de interés no está dando resultados

Un indicador clave muestra la poca efectividad de elevar la tasa de interés para enfriar la economía y provocar así una reducción de la tasa de inflación.

El mercado laboral en EEUU sigue mostrando fortaleza tras la pandemia y los intentos de la Reserva Federal por calmarlo con incremento de la tasa de interés que eviten mayores presiones inflacionistas todavía no son palpables.

Así se desprende del informe de empleo relativo a octubre dado a conocer por la Oficina de Estadísticas Laborales — BLS, por sus siglas en inglés — . Se crearon 261.000 empleos no agrícolas, una cifra notablemente mayor que los 200.000 que esperaban los analistas y todavía muy elevado respecto a los 180.000 promedio de antes de la pandemia.

Por si la cifra ya es alta de por sí, la cifra de septiembre se ha revisado desde las 263.000 a 315.000 empleos, lo que confirma el calentamientoque sigue mostrando el mercado laboral.

¿Por qué sube la tasa de inflación?

El fuerte aumento actual de las tasas de inflación en todas las economías no se deriva de la llamada “demanda excesiva”, por un crecimiento excesivo de la oferta monetaria o por demandas salariales que obligan a las empresas a subir los precios.

El actual ciclo de inflación global se basa principalmente en la incapacidad de la oferta para satisfacer la demanda.

Esto sucede porque la oferta se redujo drásticamente por la caída de la economía durante la pandemia de COVID de 2020 y la productividad laboral se contrajo drásticamente.

La inversión y la reactivación de la producción durante la recuperación económica en 2021 fueron insuficientes para hacer frente al renovado gasto de los consumidores y las empresas.

Estas restricciones se vieron exacerbadas por bloqueos en la cadena de suministro, debido a la pérdida de empleados en industrias clave y el colapso de las conexiones comerciales y de transporte.

A esta situación crítica se le sumó luego el conflicto bélico en Ucrania, cuyo impacto inmediato fue la reducción del abastecimiento y las exportaciones de energía y alimentos, lo que provocó un aumento vertiginoso de estos precios.

Mala teoría deriva en mala política

El economista Michael Roberts se pregunta, en El enigma de la inflación, ¿qué muestra la actual evolución de los precios acerca de las principales teorías económicas sobre la inflación y las políticas para reducirla?

La respuesta del autor es que las teorías tradicionales se han demostrado erróneas y perjudiciales. En particular, los bancos centrales, separados del control democrático por parte de sus Gobiernos y obligados a cumplir algún objetivo de tasa de inflación mediante cambios en las tasas de interés, “están demostrando ser totalmente inútiles para controlar la inflación”.

Por el contrario, el endurecimiento monetario del banco central solo está llevando a las economías a una recesión más rápida y profunda.

“Cuando las teorías son incorrectas, las políticas que se derivan de ellas no funcionarán”, concluye Roberts.

Otro impacto de tasas de interés elevadas: dólar fuerte

A medida que aumentan las tasas de interés de las potencias occidentales, en especial la de EEUU, las condiciones financieras globales se endurecen considerablemente para muchos países.

Un dólar más fuerte solo agrava estas presiones, especialmente para algunos mercados emergentes y muchos países de bajos ingresos que ya corren un alto riesgo de sobreendeudamiento.

En el artículo Cómo deben responder los países al dólar fuerte, los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) Gita Gopinath y Pierre-Olivier Gourinchas explican que, en el combate contra un aumento histórico de la inflación, la Fed y el Banco Central Europeo se han embarcado en un rápido proceso de ajuste de las tasas de interés oficiales. En cambio, la baja inflación en Japón y China ha permitido que sus bancos centrales se opongan a la tendencia global de endurecimiento.

La suba de la tasa de interés aplicada por la Fed derivó en que el dólar se ubique en su nivel más alto desde 2000, habiéndose apreciado un 22% frente al yen, un 13% frente al euro y un 6% frente a las monedas de mercados emergentes desde principios de este año.

Un fortalecimiento tan vertiginoso del dólar en cuestión de meses tiene implicaciones macroeconómicas considerables para casi todos los países, dado el dominio de esa moneda en el comercio y las finanzas internacionales.

Para muchos países que luchan por reducir la inflación, “el debilitamiento de sus monedas en relación con el dólar ha dificultado esa tarea”, señalan. En promedio, el FMI calcula que el traspaso estimado de una apreciación del dólar del 10% a la inflación es del 1% por ciento. Tales presiones son especialmente agudas en los mercados emergentes, entre ellos los de América Latina.

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