Una Reflexión por Félix Román Negrín Rodríguez

Escrito por Félix Román Negrín Rodríguez para Buscando La Verdad

Quisiera decirles algo sobre la verdad.

Desde hace siglos se nos ha negado la verdad. Aún siendo imposible de esconderla del todo, por nuestra historia y digo la nuestra han aparecido distintos dementes que son incapaces de soportar la fuerza y sutileza del mundo actual en el que vivimos, califico así al verdadero demente.

Pero hay un aspecto a tener muy en cuenta, como consecuencia de sus debilidades, ellos han tenido muy claro su mundo teórico que convirtieron su realidad en su verdad. Se sintieron a salvo y crearon el concepto de civilización, instauraron por ende “la seguridad” e impusieron el terror a la muerte que, hasta entonces había sido en nosotros una consecuencia de nacer y estar vivo para luego morir, simple, llanamente y aceptado por nosotros.

Gozar de la vida para luego dejarla, y dejarla en manos de otros que nos sucedieran. Fue un bucle valiente, atrevido y natural, y ahí no pasaba nada, ¡nada!, eramos humano y punto.

Ni siquiera hacíamos el mundo pues el mundo con nosotros con nosotros dentro se hacía asimismo. Las leyes naturales puestas ahí por la creación y un flujo perpetuo hacia la conciencia de sí de todo ser vivo, destinado a liberarse de sí mismo y, una vez resuelta esa liberación dedicarse a la liberación de todo ser vivo.

Todo esto para esos dementes, era el terror absoluto implicaba su propia liberación a la que no podían acceder por su propia condición de seres amputados de conciencia humana. Y ahí nació la guerra perpetua en el que estamos inmersos.

Y nació porque necesitaban imperiosamente amputar en nosotros esa conciencia humana que ellos nunca iban a tener. Ellos sabían cuál era la fórmula idónea para suprimir esa conciencia que les aterraba, pues ellos creían y pensaban que mediante la destrucción física y mental de nosotros iban por fín a conseguirlo.

La verdad es que saben que no pueden conseguirlo, aunque sí pueden conseguir anularnos en la acción, y lo han conseguido. Pero la conciencia humana es otro asunto, siempre florecerá hasta en el asfalto de las carreteras. No podrán, ni pueden, no nos dejemos convencer por el derrotismo impuesto por ellos, no pueden y lo saben.

Cada hombre es una criatura del tiempo en el que vive. Voltaire creía que no podemos considerarnos seres independizados del contexto histórico que nos toca vivir. Nuestras ideas, y nuestro modo de vida están siempre condicionados por la fecha de nuestro nacimiento.

Somos lo que hacemos repetidamente, lo más importante son los hechos y nuestro entorno, el lugar donde nacimos y vivimos. Las cosas que amamos nos dicen quienes somos. El amor es uno de los hechos definitorios de la persona. Solo los educados y cultos son libres, la educación es el motor de la libertad, del conocimiento, y la autonomía.

No le tengamos miedo a la lucha, a la definición, a la perfección, nunca nos van a alcanzar, si hacemos las paces con la autoridad, nos convertimos en autoridad, la violencia es el refugio de estos incompetentes.

Somos seres humanos, y como tales decidimos nuestro futuro. Estos extremistas nunca mejor dicho creen, piensan que “comunicación” significa estar de acuerdo con ellos, seamos sensatos, no caigamos en la trampa.

Nadie puede herirnos, sin nuestro permiso, tenemos razón, conciencia, y pasión por todo lo que nos rodea, siempre hay un lugar para el hombre valiente, tenaz, y esforzado. Las pasiones a veces nos alteran momentáneamente nuestra índole, pero no la destruyen.

La historia nos ha enseñado que jamás los poderosos coincidieron con los mejores y que jamás la política fue tejida por los políticos, con nuestra moral corregimos nuestros errores, nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral.

Fe y esperanza, voluntad de seguir aunque tropecemos una y mil veces fe y esperanza en nuestra lucha y capacidad para el triunfo. No se entreguen a la ira, la ira prolongada genera odio y violencia.

Nuestro esfuerzo y espíritu de sacrificio tiene que ser constante, y nuestra imaginación clave del descubrimiento, estamos aquí en el mundo para vivir, no le hagamos el juego, seamos sensatos y prudentes, nos va en ello.

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