Por RT
Durante ese periodo, bandas magnéticas con carga opuesta aparecen en las zonas polares del Sol y se desplazan hasta su ecuador hasta aniquilarse mutuamente.
El final de los ciclos solares se correlaciona con la transición entre los fenómenos estacionales de El Niño y la Niña, en los que las temperaturas superficiales del océano aumentan o disminuyen respectivamente, sugiere un reciente estudio dirigido por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR, por sus siglas en inglés), con sede en EE.UU.
Este hallazgo, en caso de confirmarse, podría ser de gran ayuda a la hora de predecir con precisión ambos fenómenos naturales, cuyo impacto acarrea efectos climáticos no solo en el océano, sino también tierra adentro en diversas regiones geográficas.
«La energía del Sol es el principal impulsor de nuestro sistema terrestre en su totalidad y hace posible la vida sobre la Tierra», comentó Scott McIntosh, experto del NCAR y coautor de la publicación.
«Aun así, la comunidad científica no ha tenido claro el papel que juega la variabilidad solar en la influencia sobre los eventos meteorológicos y climáticos aquí en la Tierra. Este estudio muestra que hay razones para creer que sí lo hace, absolutamente, y por qué esta conexión pudo haber sido pasada por alto en el pasado», añadió.
Un ‘reloj’ solar magnético
Una de las manifestaciones visibles de la variabilidad solar son las manchas en la superficie de nuestra estrella, cuya cantidad aumenta y disminuye en ciclos de aproximadamente 11 años. Sin embargo, la duración imprecisa de estos periodos dificulta la tarea de encontrar su relación exacta con lo que ocurre en nuestro planeta.
Para superar este inconveniente, los autores del nuevo artículo se apoyaron en un ‘reloj’ solar de 22 años, es decir, una frecuencia regular calculada en base al ciclo de polaridad magnética del Sol.
Cada una de estas iteraciones comienza en el momento en que las bandas magnéticas con carga opuesta que envuelven al astro aparecen cerca de sus latitudes polares, para posteriormente desplazarse hacia el ecuador, provocando a su paso la aparición de manchas solares, y finalmente aniquilarse mutuamente.
¿Coincidencia perfecta?
Los científicos compararon la regularidad de este fenómeno solar con los registros de temperatura en las latitudes tropicales del Pacífico desde 1960 y constataron que los cinco fines de ciclo —apodados eventos terminadores—ocurridos desde entonces y hasta 2010-2011 coincidieron con el momento en que El Niño es reemplazado por La Niña. Asimismo, el evento terminador que se está desarrollando actualmente también corresponde con el comienzo de La Niña.
Tras efectuar varios análisis estadísticos, los científicos calificaron como insignificante la probabilidad de que ambos eventos hayan coincidido de manera aleatoria, aunque admitieron la necesidad de nuevos estudios para determinar la posible causa física de esa correlación, como por ejemplo la influencia del campo magnético del Sol sobre la cantidad de rayos cósmicos que impactan sobre la Tierra.
El nuevo trabajo fue publicado en la revista Earth and Space Science.
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