Por Mundo Esotérico y Paranormal
En 1938 en lo más alto de las montañas de Bayan Kara-Ula, cerca de las fronteras de China y el Tíbet un equipo de arqueólogos dirigidos por Chi Pu Tei, un profesor de arqueología de la Universidad de Beijing, estaban llevando a cabo una investigación de rutina muy detallada sobre una serie de cuevas interconectadas del Himalaya. Según cuentan, las cuevas podrían haber sido talladas artificialmente, y se parecían más a un complejo sistema de túneles y despensas subterráneas.
Las paredes eran cuadradas y de cristal, como si hubieran sido cortadas con una fuente de calor extremo. Aunque el hallazgo sorprendente fue las de unas tumbas muy bien alineadas y ordenadas que contenían los esqueletos de lo que supuestamente debió ser una raza de seres humanos. A primera vista parecían tener cuerpos delgados y cabezas grandes superdesarrolladas.
En un principio se pensó que las cuevas habían sido el hogar de una especie desconocida de primate, pero a medida que la investigación avanzaba la teoría de los primates se desvaneció, ya que al parecer esa extraña especie parecía enterrar a sus muertos. Mientras estudiaban los esqueletos, uno de los miembros del equipo encontró una especie de disco de piedra enterrado en el polvo en el suelo de la cueva. El disco parecía ser aparentemente de la “Edad de Piedra”.
Según cuentan había un agujero en el centro de la ranura en espiral y una fina línea que continuaba en espiral con unos extraños caracteres escritos. Nadie fue capaz de entender el significado del mensaje. El disco fue etiquetado y archivado entre otros hallazgos de la zona. Durante más de 20 años, muchos expertos en Pekín trataron de descifrar el texto del disco sin éxito. Finalmente el doctor Tsum Um Nui consiguió descifrar el código de los «surcos que hablan». En 1965, 716 discos más fueron descubiertos en las mismas cuevas. La academia de Pre-Historia de Pekín prohibió publicar sus hallazgos.
¿Realidad o ficción?
Aunque lo realmente misteriosos es que la comunidad arqueológica nunca ha dado este descubrimiento como real, ya que ellos mantienen que el Dr. Tsum Um Nui nunca existió, además que los datos ofrecidos por la expedición no eran verídicos y por supuesto los discos no existieron porque al parecer desaparecieron. Pero cuando todo parecía una fantasía aparente, en 2007 los descendientes del Dr. Tsum Um Nui entregaron algunas muestras de los esqueletos hallados. Aunque las primeras investigaciones no fueron concluyentes, las pruebas de ADN determinaron que no solo se trataba de descendientes de un pequeño pueblo de China.
¿Se quiso ocultar un descubrimiento que podría haber cambiado la historia de la humanidad? ¿Este es un caso de conspiración arqueológica?
La leyenda
Cuenta la historia que una especie de «sonda espacial» llegó a la sierra Baya Kara-Ula tripulada por habitantes de otro planeta. Sus intenciones pacíficas habían sido malinterpretadas por los habitantes de la zona. Muchos de ellos habían sido perseguidos y asesinados por miembros de la tribu Ham, que vivía en las cuevas vecinas. Los extraños se referían a sí mismos como la tribu Dropa. Dijeron que bajaron de las nubes en su nave espacial. Se estrellaron en las montañas remotas de difícil acceso. No tenían manera alguna de construir una nueva nave.
La leyenda local habla de pequeños hombres con rostro amarillento y aparentemente demacrado que vinieron de las nubes hacia mucho tiempo. Los hombres tenían enormes cabezas abultadas y cuerpos pequeños. Por su aspecto extraño fueron perseguidos y asesinados. Esta descripción es exacta a los cuerpos encontrados en las cuevas. En las paredes de las cuevas los arqueólogos encontrado imágenes de la salida del Sol, la Luna, las estrellas y la tierra no identificables, todos unidos entre sí por líneas muy pequeñas. Las pinturas rupestres fueron datadas de hace unos 12.000 años.
En la actualidad el área de la cueva aun está habitada por dos tribus conocidas como Ham y los Dropas. Estas tribus son de aspecto extraño en su apariencia. Son frágiles y con un retraso en el promedio de crecimiento de 1,5 metros de altura, no son ni típicamente chinos ni tibetanos.
Las misteriosas investigaciones
En 1958 el profesor Tsum Um Nui transcribió cuidadosamente los caracteres del disco al papel. La escritura era tan pequeña que tuvo que usar una lupa para verlo con claridad. Pero las piedras eran muy antiguas, de 12.000 años de antigüedad, mas antiguas que las pirámides de Egipto y gran parte de los jeroglíficos eran difíciles de distinguir porque se habían sido desgastado por el tiempo y otros elementos.
El profesor escribió un documento sobre sus conclusiones y lo presentó a la universidad para su publicación. La Academia de Prehistoria expresamente le prohibió publicar o incluso hablar de sus hallazgos. Aunque dos años después publicó un artículo. Según algunas versiones, la academia cedió y dio permiso al profesor para publicar el artículo, aunque otras versiones cuentan que lo publicó a pesar de la prohibición oficial. En cualquier caso, su traducción y su teoría fueron recibidas con burlas por parte de la comunidad arqueológica. La traducción fue demasiado desestabilizadora para ser tomadas en serio o como relato histórico. Si fuera cierto hubiera cambiado todo lo que sabemos acerca de nuestra historia de la humanidad, algo que nunca permitirán que conozcamos.
Una parte de la traducción de uno de los pasajes dice:
«Los Dropa bajaron de las nubes en sus aviones. Nuestros hombres, mujeres y niños se escondieron en las cuevas diez veces antes del amanecer. Cuando por fin entendieron el lenguaje de señas de los Dropa, se dieron cuenta de que los recién llegados tenían intenciones pacíficas.»
Las piedras explicaban cómo los Dropa fueron incapaces de reparar su nave espacial y no pudieron regresar a su planeta de origen, y así se tuvieron que quedarse en la Tierra. Si eso es cierto, ¿entonces los descendientes sobrevivieron?
Extrañas propiedades:
En 1968 las piedras Dropa llamaron la atención de W. Saitsew, un científico ruso que volvió a publicar los resultados de Tsum Um Nui y realizó pruebas en los discos, que revelaron algunas propiedades muy peculiares. Los discos que se encontraron contenían grandes cantidades de sustancias metálicas como el cobalto. En un principio se pensó que la carga eléctrica pasaba a través de ellos. Era como si formaran parte de un circuito eléctrico, osea una especie de componente electrónico como un condensador.
En 1974, Ernst Wegener (o Wegerer según algunas versiones), un ingeniero austríaco, se encontró dos de los discos en el Museo Banpo (Banpo Bowuguan) en Xi’an, provincia de Shaanxi. El director del museo no le pudo decir nada acerca de los discos, que habían empezado a deteriorarse, pero se le permitió fotografiarlos. En 1994, los discos desaparecieron, y según se algunas versiones el conservador también desapareció. Desde entonces la ubicación de las piedras Dropa es desconocida.
Extraño misterio
Aunque hayan muchas dudas sobre la naturaleza de las piedras Dropa, los detallas de este misterio son demasiados precisos como para ser un historia de ficción. Sea cual sea su verdadera naturaleza, origen o significado de las piedras Dropa presentan un intrigante rompecabezas para arqueólogos y antropólogos.
La historia nunca va a reconocer que los humanos no fuimos los primeros pobladores de la tierra y harán lo que sea necesario para defender su propia historia de ficción que tantas personas defienden con los ojos cerrados. Muy posiblemente las piedras Dropa podrían representar la primera visita registrada de una civilización alienígena a nuestro planeta. Por ahora y muy posiblemente para siempre, las piedras Dropa seguirán sin explicación y siendo un misterio.
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