Estimado covidicio, tu preocupación por mi salud y la del resto de la humanidad es profundamente conmovedora. Sé que papá estado ha prometido devolvernos la antigua normalidad si todos nos inoculamos esa «vacuna» experimental que anuncian por televisión, de ahí tu obstinada insistencia en que me pinche más pronto que tarde.
He pensado que voy a ser “solidario”, y voy a satisfacer ese deseo que tanto anhelas. A cambio solo pido que se cumplan unos sencillos requerimientos, que paso a enumerar seguidamente.
Me vacunaré cuando los caballos vuelen, y cuando las piedras hablen, cuando caigan longanizas del cielo y la medicina alopática cure enfermedades, cuando los políticos se vuelvan honestos y se demuestre la teoría microbiana.
Me vacunaré cuando le crezca pelo a las ranas, y cuando la lluvia no moje, cuando se detenga el tiempo, y cuando los fabricantes de ese experimento asuman responsabilidades penales y patrimoniales en caso de efectos adversos.
Me vacunaré cuando el sol salga de noche, cuando consigas que un camello entre por el ojo de una aguja, y cuando el banco central Europeo anuncie una auditoría pública y transparente ejecutada por terceros.
Querido covidicio, si consigues que se materialicen todas y cada una de las demandas, arriba expuestas, acudiré presto al centro de vacunación más cercano para cumplir con tus deseos, mientras tanto, ruego me dejes en paz de una puta vez, y vayas inoculandote tus dosis correspondientes, (y las mías de refuerzo), no quiera Dios que aparezca una cepa nueva y te pille en calzoncillos,.
Recibe desde aquí un cordial escupitajo en todo el careto y mis más sinceros deseos de que os den por saco, a ti y al resto de neuróticos compulsivos que todavía soñáis con ese bicho volador imaginario y todas sus variantes, fuck you covilover.
Feliz semana a todos los rebeldes, desobedientes y respiracionistas del planeta, energía y Rock and Roll, la cabeza alta y la cara descubierta siempre!!
Mártin Sánchez
Visto en: Astillas de Realidad
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