Puede parecer una idea descabellada, pero experimentos recientes sugieren que las plantas pueden tener la capacidad de aprender y tomar decisiones. De ser así, ¿qué significa eso para nuestra comprensión de la conciencia y la mente humana?
Paco Calvo, investigador de la Universidad de Murcia de España, tiene una misión. Según New Scientist, está intentando construir un marco científico sólido para comprender la «neurobiología de las plantas», con la esperanza de encontrar algún día una respuesta firme a una pregunta profundamente extraña: ¿son las plantas conscientes?
Es un esfuerzo efímero y controvertido, sobre todo porque la ciencia realmente no tiene una forma concreta de estudiar o incluso definir la conciencia. Sin embargo, tenemos que decir que al menos uno de los experimentos de Calvo, aunque todavía conceptual, plantea algunos puntos interesantes.
Frijoles
Las plantas son ampliamente consideradas inteligentes, aunque de manera simple. Ellas hablan, reaccionan, y hasta engañan a los insectos. Todo esto, empero, puede explicarse fácilmente como simples adaptaciones evolutivas —reacciones pasivas, en lugar de decisiones tomadas con voluntad real—.
«Sabemos que las plantas son conscientes de su entorno, de sí mismas y de las demás», dijo Elizabeth Van Volkenburgh, profesora de ciencias de las plantas en la Universidad de Washington. «No sabemos si están conscientes».
Pero Calvo y otros han desarrollado una especie de prueba de fuego para medir si hay un sentido de voluntad —o al menos cognición— en el comportamiento de las plantas. Primero, preguntan si el comportamiento es flexible y proactivo; segundo, preguntan si ese comportamiento es anticipatorio; finalmente, tercero, determinan si ese comportamiento está orientado a un objetivo.
Con esta lista en mente, el investigador murciano piensa que puede haber encontrado un ejemplo en el que una planta se ajusta a estos requisitos: ¡frijoles!
Cuando los frijoles trepan, realmente parecen estar buscando un buen lugar. Se extienden en amplios movimientos de exploración mientras «deciden» dónde instalarse, y cuando se enganchan a un nuevo riel, muestran un pico en las señales eléctricas internas, una combinación de factores que Calvo cree que pueden señalar una función cognitiva básica, e incluso —de manera mucho más elevada— una evidencia de que las plantas tienen experiencias subjetivas.
«Incluso podría indicar que el frijol “sabe” que el poste está ahí», señaló Calvo, aunque agregó que su equipo «debe tener mucho cuidado de no asumir demasiado».
Por supuesto, Calvo tiene muchos escépticos, y vale la pena señalar que los investigadores de todos los campos han intentado durante mucho tiempo comprender, probar y refutar la conciencia en muchas plantas, animales y máquinas. Aún así, su trabajo es ciertamente interesante, y como la inteligencia de las plantas continúa sorprendiendo y deleitando, tal vez esté bien encaminado después de todo.
Fuente: New Scientist. Edición: MP
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