Por Extranotix
En el futuro, las personas pueden tener nuevos sentidos, por ejemplo, para reconocer ondas de radio o ultrasonido. Esta suposición la hizo el biofísico y futurólogo Igor Artyukhov en una conversación con Izvestia un periódico diario de alta circulación en Rusia, respondiendo a una pregunta sobre cómo será el ser humano del futuro.
Según él, la evolución anterior siguió el camino de la selección natural ciega, pero ahora el ser humano tiene la posibilidad de controlar estos cambios. Así, la evolución comenzó a tener un propósito.
“Lo más probable es que en un futuro próximo, y según el reloj evolutivo sea un instante, es decir, una persona no tendrá tiempo de cambiar de forma natural, habrá una evolución con propósito. Una persona puede cambiarse a sí misma como desee. Hacer crecer nuevos órganos que no existían. Dominar nuevos hábitats: el océano, el espacio exterior», dijo Artyukhov.
Señaló que ahora la humanidad puede juzgar el futuro relativamente cercano en una escala generacional, tanto como la gente de la Edad de Piedra podría imaginar aviones, naves espaciales, computadoras y teléfonos inteligentes.
Simplemente no entenderían si tratáramos de explicarlo. Así que no podemos imaginar las aspiraciones de nuestros bisnietos, dijo el futurista.
“Lo más probable es la fusión con la electrónica, las computadoras y las redes de información, la realidad virtual. Lo que Elon Musk ya está haciendo ahora, con Neuralink. Permite que la información se transmita directamente al cerebro. Podemos conectar el poder de procesamiento de las supercomputadoras al cerebro, lo que llegará dentro de unas décadas. Ahora las supercomputadoras son 1 millón de veces más poderosas que las que había a principios de siglo”, dijo el experto.
Además, las personas del futuro también pueden tener nuevos órganos de los sentidos, con la ayuda de los cuales podrán ver rayos X, escuchar ultrasonidos y escuchar ondas de radio.
“Eso es todo lo que podemos imaginar en este momento. Pero hay mucho más que no podemos imaginar ahora mismo», resumió Artyukhov.
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