Por SputnikNews

Visto en: Trikooba

Mientras el Gobierno de Joe Biden impulsa una bolsa de más de 100.000 millones de dólares a Ucrania, estados como Missouri implementan multas contra las personas que pretendan dormir en las calles, parques o cualquier lugar que sea propiedad del Estado.

A partir del 2023, las personas en situación de calle que sean sorprendidas durmiendo en algún espacio público de Missouri serán sancionadas, primero, con una llamada de atención, y posteriormente, con una multa de 750 dólares o 15 días de prisión.

Según declaraciones del Departamento de Policía de la ciudad de Kansas City, estado donde también se aplicará esta nueva legislación, este tipo de sanciones buscan que las personas se acerquen a los refugios disponibles para ellos; sin embargo, los encargados de los refugios consideran que la medida puede ser contraproducente.

«Existimos para ayudar a las personas a salir de la indigencia. La falta de vivienda es compleja. Hay personas que están en crisis, por lo que la casa por sí sola no va a cambiar sus vidas», declaró Eric Burger, director ejecutivo del refugio Shelter KC al medio local KMBC.

Según el presupuesto aprobado por el Congreso de Estados Unidos para el 2023, se destinarán cerca de 3.600 millones de dólares para la asistencia de indigentes, lo que representa un incremento del 13% para apoyar a más de un millón de personas en dicha situación. Asimismo, se destinarán 6.400 millones de dólares adicionales para proyectos de desarrollo en zonas de bajos ingresos y más de 1.500 millones de dólares para la construcción de 10.000 unidades para alquiler.

La cifra total está por debajo de los más de 51.000 millones de dólares que Estados Unidos ya envió a Ucrania en apoyo militar, sin contar los 45.000 millones de dólares que planea repartir a lo largo de 2023, de acuerdo con estimaciones del Instituto Kiel para la Economía Mundial.

Todo este gasto destinado a Ucrania ha generado diversas críticas contra la Administración Biden, a la que acusan de priorizar el financiamiento del conflicto ucraniano antes que atender los problemas internos.

Entre los críticos destaca la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, quien calificó a Kiev como el «estado 51» y el candidato a gobernador del estado de Kentucky, Jeffrey Young, quien acusó a los demócratas de patrocinar el nazismo.

Sin embargo, tal como demuestran estados como California, donde se concentran la mayor cantidad de indigentes según el Departamento de Viviendo y Desarrollo Urbano de Estados Unidos, el problema de las personas sin hogar va más allá de una encarecida oferta de viviendas o falta de empleo.


San Francisco, un ejemplo del problema

En la última década las quejas por la gentrificación y el desplazamiento de personas en esta ciudad de California ilustra el problema estructural que enfrenta el país norteamericano, donde el 53% de los indigentes que vive en refugios y el 40% que vive en las calles tiene un empleo de tiempo completo o medio tiempo, según un estudio de 2021 de la Universidad de Chicago.

Con la llegada de empresas tecnológicas a la cuna de la contracultura estadounidense, miles de personas se vieron obligadas a dejar su hogar debido a que muchos propietarios que antes rentaban a los locales prefieren invertir para recibir a las personas que llegan a San Francisco para trabajar como desarrolladores.

Desde 2015, se reporta un incremento en el número de desalojos de residentes locales y, si bien durante la pandemia hubo una baja debido a las medidas que impedían correr a los inquilinos por falta del pago de renta, medios como San Francisco Chronicle reportaron que desde octubre de 2021 se ha registrado un incremento en los desalojos, según la Junta de Rentas de San Francisco, institución que monitorea casi tres cuartas partes de las casas que se alquilan en la ciudad.

El 40% de esos desalojos están relacionados con la falta de pago, es decir, los inquilinos son incapaces de pagar las rentas. Según datos de la Coalición de Vivienda de Bajos Ingresos, una persona necesita un salario de 46.967 dólares al año o 23 dólares por hora para poder rentar un departamento de dos habitaciones, cuando el salario mínimo federal está en 7,25 dólares la hora.

Es decir, no importa si existe la posibilidad de rentar un departamento: las personas que ganen el salario mínimo son incapaces de rentar un hogar. Contrario a lo que podría pensarse, las unidades que se construyen para apoyar a personas en situación de indigencias y los refugios terminan también por correr a sus inquilinos por diversas causas relacionadas a un supuesto mal comportamiento de las personas que habitan ahí.

Un reportaje de San Francisco Chronicle denunció que, entre enero de 2019 y mayo de 2022, cerca de 410 personas sin hogar fueron desalojadas de habitaciones de hoteles por diversas razones, como problemas de salud mental, de carácter u otros, sin que estos se tengan que reportar ante las autoridades.

Según el Departamento de Indigencia y Apoyo a la Vivienda de San Francisco, solo el 2% de los residentes son desalojados de sus hogares cada año. Sin embargo, el diario citado advierte que esta cifra solo cuenta los casos que se llevaron ante tribunales cuando los inquilinos apelan el desalojo. No obstante, esto no ocurre en todos los casos y muchas veces se van de los hogares «voluntariamente» tras ser amenazados por los propietarios.

«Como resultado, muchos residentes son obligados a dejar los edificios por los mismos problemas por los cuales calificaron para obtener apoyo de vivienda en primer lugar: pobreza, salud mental, trauma y la incapacidad para cuidar de sí mismos», alerta el diario.

California, uno de los estados más ricos de Estados Unidos, encabeza la lista de estados con mayor cantidad de indigentes, con 171.000 personas en situación de calle, de acuerdo con el censo bienal del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, lo que representa casi 20 veces que el último censo, es decir, una persona en situación de calle por cada 230 residentes.

Según datos del Centro de Periodismo de Salud de la Universidad del Sur de California, entre el 45% y el 50% de las personas en situación de calle en San Francisco son personas afrodescendientes, grupo que representa el 5,6% del total de la población de la ciudad.

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