Aumenta la obesidad en los países pobres por el costo de alimentos saludables

El aumento de los índices de obesidad en países en desarrollo, tanto en zonas urbanas como rurales, se debe principalmente a las grandes disparidades de precios entre los alimentos saludables y no saludables, así como a la falta de disponibilidad de una amplia variedad de opciones nutritivas.

Según una revisión bibliográfica publicada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en su Colección de Investigaciones, se pueden obtener importantes conclusiones.

“Aunque existen diferencias de precios entre los alimentos saludables y no saludables en todas las naciones del mundo, esa diferencia es mucho más acusada en los países más pobres. Además, las desigualdades respecto a un nivel elevado de ingresos dentro de los propios países se asocian a una mayor prevalencia de la obesidad”, afirma Joyce Njoro, Especialista Técnica Principal en Nutrición del FIDA.

“Si queremos poner freno al aumento de las tasas de obesidad en los países en desarrollo, necesitamos soluciones estructurales que aborden el funcionamiento de los sistemas alimentarios. Resulta alarmante constatar que 3 000 millones de personas en el mundo no pueden permitirse una dieta sana”, declara Njoro.

“Prevenir la obesidad en los países en desarrollo requiere un enfoque integral en que se contemplen las normas culturales, se lleve a cabo una labor de sensibilización sobre los riesgos vinculados a la salud y se promueva la producción, la disponibilidad y la asequibilidad de alimentos saludables”.

Investigación sobre obesidad en países en desarrollo

El FIDA y el Centro para la Innovación en Desarrollo de la Universidad de Wageningen llevaron a cabo una investigación en la que se revisaron cientos de estudios examinados por expertos y se analizaron los datos de cinco países representativos (Bolivia, Egipto, Indonesia, Nigeria y Zambia), con el objetivo de tener un mayor entendimiento sobre los factores que contribuyen al incremento de las tasas de obesidad en los países en desarrollo.

Es crucial analizar qué tipo de intervenciones, desde la perspectiva de los sistemas alimentarios, están siendo efectivas para abordar este problema global de salud pública.

En los últimos años, las tasas de obesidad en los países en desarrollo han aumentado considerablemente, acercándose a los niveles observados en países de ingresos altos. Diversos factores han sido identificados como impulsores de esta problemática en los países en desarrollo. Entre ellos, cabe destacar:

  • El precio de los alimentos: En los países en desarrollo, la brecha de precios entre los alimentos saludables, que suelen ser más costosos, y los alimentos no saludables, que suelen ser más baratos, es aún mayor que en los países ricos. Esto tiene como resultado que aproximadamente 3.000 millones de personas no pueden permitirse seguir una dieta saludable. De acuerdo con un estudio revisado por Headey en 2019, se concluyó que en los países pobres es 11,66 veces más costoso obtener una caloría proveniente de huevos en comparación con una caloría obtenida de alimentos amiláceos como cereales, hortalizas o leguminosas, mientras que obtenerla de refrigerios azucarados resulta solamente 2,92 veces más caro que los amiláceos. En los países desarrollados, la disparidad es considerablemente menor. Obtener una caloría de huevo resulta 2.6 veces más costoso que obtener una de alimentos ricos en almidón, y 1.43 veces más costoso en el caso de los refrigerios con azúcar.
  • La dieta: Según los estudios de Ford et al., (2017) y Malik y Hu (2022), se ha observado un aumento en el consumo de bebidas azucaradas en los países en desarrollo. Además, se ha registrado un incremento en el volumen global de ventas per cápita de alimentos envasados, pasando de 67,7 kg per cápita en 2005 a 76,9 kg en 2017. Se suele hacer referencia a alimentos procesados que generalmente tienen un alto contenido de azúcares añadidos o libres, grasas saturadas y trans, sal y una alta densidad energética. Por otro lado, suelen tener un menor contenido de proteínas, fibra dietética y micronutrientes.
  • La cultura: En varios países en vías de desarrollo, se considera deseable que los niños tengan sobrepeso, ya que se asocia con buena salud y riqueza. Además, el consumo de alimentos poco saludables puede ser visto como un símbolo de prestigio en algunas comunidades. El gasto energético en diferentes culturas puede verse influenciado por la cultura misma. En algunas culturas, la inactividad física puede asociarse con un estatus social elevado, lo que lleva a un menor gasto de energía.
  • El género: En la mayoría de los países en desarrollo, existe una mayor probabilidad de que las mujeres sufran de sobrepeso u obesidad en comparación con los hombres. En un estudio enfocado en países con ingresos bajos y medianos realizado por Ford et al., (2017), se identificaron varias razones que podrían explicar la disparidad de género en la prevalencia de sobrepeso y obesidad. Existen diversas razones que contribuyen a la diferencia en el peso entre las personas. Algunas de ellas incluyen las respuestas fisiológicas únicas durante los primeros años de vida, las respuestas hormonales al gasto energético, el aumento de peso relacionado con el embarazo, los niveles más bajos de actividad física, la depresión y las circunstancias económicas a lo largo de la vida y diferencias en los factores socioculturales, como el tamaño corporal ideal y la aceptabilidad de la actividad física.
  • El crecimiento económico: Es común observar que a medida que un país se desarrolla económicamente, la prevalencia de sobrepeso u obesidad tiende a aumentar. Esto está relacionado con una disminución en los niveles de actividad física y un aumento en los estilos de vida sedentarios. Existe evidencia que sugiere una relación entre la desigualdad de ingresos y la prevalencia del sobrepeso y la obesidad. Estudios demuestran que, independientemente de lo próspero que sea un país, cuanto mayor sea la desigualdad en los ingresos a nivel interno, mayor es la probabilidad de encontrar altas tasas de obesidad. Esto nos muestra cómo el tema de igualdad económica puede tener un impacto significativo en la salud pública y en los problemas relacionados con el peso..

El artículo también analiza las intervenciones implementadas en países en desarrollo para combatir las altas tasas de obesidad. Estas medidas incluyen estrategias como cambios en el empaquetado, etiquetado y publicidad de los alimentos, así como impuestos sobre determinados productos y los derechos de importación de determinados alimentos, y se evalúa su eficacia respectiva.

Con información de ifad.org

Visto en: EcoPortal.net

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