El ibuprofeno es un fármaco antiinflamatorio no esteroideo, patentado en 1961, descubierto por Stuart Adams en colaboración con John Nicholson, Jeff Bruce Wilson, Andrew Dunlop y Colin Burroughs (Departamento de Investigación de Boots Grow Laboratories).

Es utilizado comúnmente para combatir el dolor de cabeza (migraña), dolor de muelas (dolor de muelas), dolor muscular o mialgia, malestar durante la menstruación (dismenorrea), dolor nervioso leve y dolor después de la cirugía. 

También se usa para tratar afecciones inflamatorias, como las que ocurren en la osteoartritis, la artritis reumatoide y la artritis gotosa. Con más de medio siglo en el mercado, el ibuprofeno parece casi indispensable: desde combatir dolores de cabeza y tensiones musculares, hasta artritis o dolores menstruales.

Stuart Adams lo probó luego de haber bebido en exceso mientras atravesaba una resaca y se convirtió en uno de los analgésicos más consumidos, aunque, según un estudio publicado en la revista especializada The Lancet, aumenta el riesgo de sufrir complicaciones gastrointestinales como el ictus. Cuando se consume en exceso, triplica el riesgo de enfermedades cardíacas y daños al intestino delgado. Varias asociaciones médicas han advertido contra el uso “excesivo” de estos fármacos.

Estudios sobre los riesgos del consumo de Ibuprofeno

Un estudio financiado por el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido, y publicado igualmente en The Lancet, llamó a reducir la prescripción a casos en los que sean absolutamente necesarios y recomendó buscar tratamientos alternativos cuando fuese posible.

Un estudio publicado en la revista “The Lancet” en 2013 encontró que el consumo de dosis elevadas de ibuprofeno (más de 2.400 miligramos diarios) duplica el riesgo de sufrir un ataque al corazón. El estudio también encontró que el riesgo de ataque al corazón aumentaba con el tiempo, cuanto más tiempo se tomara ibuprofeno.

Las personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares o con otros factores de riesgo de enfermedades cardíacas, como la presión arterial alta o el colesterol elevado, son más propensas a sufrir un ataque al corazón por tomar ibuprofeno.

Por este motivo, varias marcas comerciales de ibuprofeno no han aprobado las dosis superiores a 400 o 600 miligramos.

El ibuprofeno puede causar problemas intestinales graves, como úlceras, perforaciones y sangrado. Estos problemas son más probables en personas que toman dosis altas durante un período prolongado.

El estudio publicado por el National Center for Biotechnology Information encontró que el ibuprofeno puede causar daños en la capa protectora del estómago e intestino delgado. Estos daños pueden aumentar el riesgo de úlceras y sangrado.

El director del Centro de Investigación Celíaca del Hospital General de Massachusetts, Alessio Fasano, ha señalado que el consumo prolongado y con dosis excesivas de AINE puede provocar una reacción autoinmune en las personas con predisposición genética a la enfermedad celíaca. Esta reacción autoinmune puede dañar las vellosidades del intestino delgado, lo que dificulta la absorción de nutrientes.

¿Es el paracetamol una alternativa al ibuprofeno?

La corteza de quina era utilizada por culturas precolombinas del Perú, Colombia y Ecuador como medicamento. Sus virtudes fueron reconocidas en Europa recién en 1631, cuando fue llevada por el jesuita Alonso Messia Venegas a Roma (Italia), enviado por el primer farmacéutico del Colegio Máximo de San Pablo de Lima, el jesuita italiano Agustino Salumbrino, quien había observado los resultados en el Perú. Luego, los jesuitas difundieron y comercializaron la quina. Contiene diversos alcaloides, de los cuales los más abundantes e importantes son: quinina, quinidina, cinconina y cinconidina.

Aparte, posee también principios astringentes (taninos proantocianidoles dímeros y trímenos) y otros compuestos como ácidos orgánicos (ácido quinotánico, rojo cincónico) o compuestos terpénicos que intervienen en su amargor. Cuando la quina empezó a escasear en los años 1880, la investigación científica empezó a buscar alternativas. Así se descubrió la acetanilida, en 1886; y la fenacetina, en 1887.

El paracetamol fue sintetizado por Harmon Morse de Northrop en 1873 reduciendo el paracetamol a ácido acético glacial. Pero el paracetamol no se usó médicamente hasta 1893, cuando se descubrió en la orina de personas que tomaban fenacetina y se aisló como un compuesto cristalino blanco de sabor amargo. En 1899, el paracetamol fue identificado como un metabolito de la acetanilida… pero un evento tan importante no se tomó en serio.

Efectos sobre el hígado

En 1946, el estadounidense Instituto para el Estudio de Drogas Analgésicas y Sedantes otorgó una subvención al Ministerio de Sanidad del estado de Nueva York para estudiar los problemas asociados con el uso de analgésicos. Bernard Brodie y Julius Axelrod fueron asignados para investigar por qué compuestos no relacionados con la aspirina daban lugar a metahemoglobinemia, un síndrome no letal consistente en la deformación de la molécula de la hemoglobina y por tanto causante de su incapacidad para transportar oxígeno de forma efectiva.

En 1948 ambos investigadores relacionaron el uso de la acetanilida con la metahemoglobinemia, y dedujeron que su efecto analgésico se debía a su metabolito paracetamol. Ellos propusieron el uso de paracetamol (acetaminofén) ya que éste no tenía los efectos tóxicos de la acetanilida. Por lo tanto, el paracetamol (DCI) o acetaminofén (acetaminofeno) es un fármaco con propiedades analgésicas, sin propiedades antiinflamatorias clínicamente significativas.

Efectos secundarios del paracetamol

Por ejemplo, puede causar daños hepáticos si se consume en dosis superiores a las recomendadas. El paracetamol fue puesto a la venta en USA en 1955 bajo el nombre comercial Tylenol. En 1956, pastillas de 500 mg de paracetamol se pusieron a la venta en el Reino Unido bajo el nombre de Panadol, únicamente con receta médica, para el alivio del dolor y la fiebre, y fue anunciado como “inocuo para el estómago”: otros analgésicos de la época contenían ácido acetilsalicílico, un irritante conocido del estómago.

El paracetamol se añadió al vademécum británico en 1963, y desde entonces se ha convertido en uno de los analgésicos más populares del mundo como eficaz para el alivio del dolor leve a moderado y por sus propiedades antipiréticas.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos emitió un comunicado en abril de 2009, advirtiendo que el paracetamol, cuando se administra en dosis muy altas o junto con bebidas alcohólicas, puede ser potencialmente mortal.

El comunicado de la FDA se basó en un estudio que encontró que el paracetamol era la causa principal de insuficiencia hepática aguda en los Estados Unidos. El estudio encontró que las personas que tomaron más de 4.000 miligramos de paracetamol al día tenían un riesgo 50 veces mayor de sufrir insuficiencia hepática aguda que las personas que no tomaron paracetamol.

Mejor prevenir y probar alternativas naturales

Por tanto, la mejor forma de prevenir es evitar la sobremedicación consultando con el médico antes de consumir un analgésico, pues hay riesgos, en especial si el paciente consume con otros medicamentos tales como los anticoagulantes, o si se sufren patologías como el asma.

Umbral de dolor

Para seguir debatiendo sobre analgésicos, es necesario definir el dolor. Es la forma como el cuerpo responde a una lesión o enfermedad. Todas las personas reaccionan al dolor de diferentes maneras. Lo para algunos es doloroso, puede no serlo para otra persona. Una gran pregunta es, ahora, acerca de los analgésicos naturales.

Analgésicos naturales

Jengibre

Es una de las plantas para el dolor de cabeza, como las migrañas. Además, también puede ayudar a combatir las nauseas que suelen conllevar esos dolores.

Corteza de sauce

Analgésico natural que posee salicina, la misma sustancia que poseen las aspirinas y otros medicamentos para calmar los dolores. Lo mejor en este caso es preparar una infusión a partir de una pequeña porción de corteza de sauce hervida en agua, bebiendo el líquido cada ocho horas.

Lavanda

Funciona como una buena planta medicinal para el dolor y comúnmente se la utiliza en dolor de cabeza tensional.

Aceite de menta

Es bueno para hacer masajes suaves en las zonas doloridas por su acción sedante.

La amapola, la manzanilla, la melisa, la pasiflora, la tila y la valeriana tienen además acción antiespasmódica, por lo que se utilizan en caso de dolores acompañados de espasmos.

La guanábana o graviola

Su corteza, las hojas y las raíces, no sólo se utilizan en la lucha contra el cáncer sino que se consideran sedantes y antiespasmódicas.

Uña de gato

Tiene propiedades antiinflamatorias ampliamente utilizadas para el tratamiento de enfermedades muy dolorosas

El Noni (o gunábana cimarrona o fruta del diablo o mora de la India)

La xeronina, ingrediente clave del noni, tiene la capacidad de ayudar a normalizar las irregularidades de la función proteica y su subsiguiente función celular, incluida la función cerebral, zona donde se origina el dolor. El noni resultó 75% tan eficaz como el sulfato de morfina para aliviar el dolor. Y no crea adicción.

Veneno de abejas (apitoxina)

Se utiliza en dolores desde hace más de 3.000 años. El veneno de abejas tiene en su composición sustancias muy enérgicas desde el punto de vista biológico, con capacidad analgésica, superior incluso a la de la betametasona. A su vez, tiene una gran capacidad para estimular la circulación, aún en zonas poco irrigadas como el hueso y el cartílago. También, estimulando hipófisis-suprarrenales, logra aumentar fisiológicamente la secreción de cortisol plasmático, lo que eleva el estado de respuesta del organismo.

Clavo de olor

Es rico en eugenol, “por lo que su aceite esencial puede ser utilizado como analgésico tópico”, explica la Dra. Mina Kamkar, de la Universidad de Ciencias Médicas en Mashhad, Irán. “Este aceite se utiliza comúnmente para tratar el dolor de muelas, sin embargo, también se puede aplicar sobre la piel para alivar dolores musculares”.

Chiles

Contienen capsaicina, sustancia que les da su picor pero que también sería útil como analgésico tópico. “Utilizada en cremas o ungüentos la capsaicina aliviaría la sensación de dolor al reducir la sensibilidad de los nervios en el área aplicada”,comenta el Dr. David Kiefer, del Arizona Center for Integrative Medicine.

Eucalipto

De acuerdo con la Dra. Flávia Santos, de la Universidad Federal de Ceará, en Brasil, “El ungüento y el aceite esencial de eucalipto servirían como analgésicos tópicos gracias que son ricos en cineol, un compuesto que aliviaría el dolor al disminuir la respuesta de los nervios del área donde es aplicado”.

Ajo

Es otro de los superalimentos que curan todo. Contiene el selenio y el germanio que pueden aliviar el dolor de oídos, ya que actúan como antiinflamatorios y antisépticos. El ajo también se comporta como una especie de tóxico para las bacterias y hongos. Una infusión con un par de dientes de ajo en aceite de oliva permite aplicar un par de gotas en el oído. También sirve para mejorar los niveles de dolor que se sufre en las articulaciones debido a la artritis. Para aprovechar de sus ventajas, picar 1 diente de ajo y calentarlo con una cucharada de aceite. Aplicar en la zona que duela y dejar que haga su efecto.

Piña

Puede ser la cura para los dolores de estómago, ya que contiene una enzima que ayuda a romper más fácilmente las proteínas que causan dolor en el estómago y los intestinos. Con una taza al día podrá aliviar la indigestión.

Agua

La mejor forma de aliviar y evitar tirones musculares y dolores en las articulaciones. 8 vasos de agua al día pueden hacer fluir la histamina del cuerpo, un químico que se produce durante una lesión y que genera dolor. Y si Ud. tiene un golpe, una bolsa con hielo en la zona es bueno para aliviar la inflamación.

Arándanos

Es el antiinflamatorio ideal porque posee muchos antioxidantes, que eliminan los radicales libres, responsables de inflamar la mucosa digestiva. Esto causa úlceras, infecciones urinarias o malestar digestivo, entre otras dolencias. Consumir 1 taza de arándanos por día evita casi el 60% de las infecciones del sistema urinario, por ejemplo. Además es excelente para limpiar la sangre, reducir la inflamación y retención de líquidos y ayuda en los pacientes con diabetes a reducir el azúcar.

Aceite de oliva

El prensado en frío extra virgen es el más sano de los que venden en el mercado o directamente se puede conseguir en una dietética o feria orgánica. Este aceite contiene una sustancia natural que actúa igual que el ibuprofeno y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. A diferencia del ibuprofeno, quienes lo consumen en forma permanente no corren peligros de formar coágulos sanguíneos, Alzheimer o cáncer.

Cúrcuma

Se trata de una de las especias más usadas en la gastronomía de la India. Se usa para hacer el curry. Esta especia contiene curcumina, un potente analgésico que ayuda a bloquear el dolor en el cuerpo y a la vez combatir la inflamación. Se puede usar en lugar de los fármacos, sin ningún efecto secundario. Como se ha demostrado en varios estudios, la cúrcuma puede ayudar a detener los dolores de la artritis reumatoide, al “cancelar” el envío de neurotransmisores al cerebro.

La dosis que se aconseja es de 600 mg, la cual se debe consumir 3 veces por día para conseguir mejores beneficios.

Ecoportal.net

Con información de: Revista Cuerpomente, líder en alimentación saludable, salud natural online, yoga, meditación y psicología

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1 comentario

  1. Mercy Herbalhome

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