por Por Miguel Jara
Hace unos días la televisión española Cuatro me invitó a participar en su programa Cuatro al Día. Las vacunas Covid están tirándose a la basura porque o bien caducan o bien ya no sirven para las actuales cepas del coronavirus circulantes.
Yo aproveché el poco tiempo del que disponía para, entre otras cosas, citar algún dato oficial sobre muertes notificadas por estas vacunas. Por ejemplo, los ¡500! fallecimientos que reconoce la Agencia Española de Medicamentos… ¡hace un año!
Apunté que aunque el dato pueda parecer escalofriante, el asunto realmente es mucho peor pues en España (y en casi todos los países) existe INFRANOTIFICACIÓN de daños por fármacos, y en concreto de los producidos por vacunas.
Es decir, laboratorios, profesionales sanitarios y población en general, casi nunca advierten a las autoridades sanitarias de un posible daño que le haya provocado un producto sanitario.
En los motivos no vamos a entrar ahora. Yo, para documentar mis afirmaciones al respecto, hace años que me baso en las declaraciones del personal de la Agencia de Medicamentos que dice que se notifican muy poco los efectos secundarios y en que sólo se reportan entre un 2% y el 20% de las lesiones por fármacos, (por cierto ese estudio ya no está online) dependiendo de los países (en la mayor parte no llegan al 5%).
Hace poco he sabido que, según un estudio de la Universidad de Harvard, solo se reportan un 1% de las reacciones adversas a las vacunas, por lo que la cifra real de afectados puede ser mucho mayor.
Además, en España y respecto a la vacuna de la gripe A se hizo un estudio en Castilla y León que concluyó que solo se produce una notificación de cada 322 casos de efectos adversos leves y una declaración por cada 32 casos de los graves. Osea, un 3 y pico por ciento en el caso de muertes y graves daños.
Y así está el panorama. Esta infranotificación nos impide saber a ciencia cierta cuántas personas fallecen a consecuencia de tomar un determinado fármaco o cuántos son los fallecimientos provocados por la iatrogenia (los daños causados por los sistemas sanitarios) al año.
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