Por Miguel Jara

La gripe, sí la que había desaparecido durante la pandemia de Covid-19 (¿¡WTF!?), está reventando la Urgencias de los hospitales. Y los casos de Covid-19 y virus respiratorio sincitial (VRS) siguen en ascenso.

Lo que nos ha traído esta nueva epidemia de miedo es la OBLIGATORIEDAD del uso de mascarillas en los centros de salud.

Claro, no hemos salido de Málaga pandemia de Covid y ya estamos entrando en Malagón tripledemia de gripe, Covid y VRS.

Lo que solivianta al personal es la obligatoriedad de la medida, copiada de la última pandemia pues hasta 2020 no recuerdo que en cada epidemia de gripe, que suceden durante TODOS los inviernos desde que el tiempo es tiempo, se impusiese la medida.

La pandemia de Covid-19 dejó algo más que muertes y daños en la economía. En parte de la población también se ha deteriorado su salud mental y, ha quedado un poso de intento de control social y ataque a las libertades.

Por no hablar de la sensación de que se hizo un gran negocio con nuestra salud:

Pfizer, la primera farmacéutica que factura más de 100.000 millones al año. La vacuna del Covid-19 impulsa los ingresos y las ganancias del gigante de Nueva York

Pero hoy nos convoca de nuevo el asunto de las mascarillas y cómo empiezan a ponerse en marcha medidas sin evidencia científica como sucedió en la pasada crisis sanitaria.

Y es que sabemos por la revisión sistemática que hacen los especialistas de Cochcrane, la «biblia» de la evidencia científica, que los cubrebocas médico-quirúrgicos son poco menos que inútiles. Sí, las que la mayoría de las personas se ponen.

Conviene no ser dogmáticos, pero es que el dogmatismo nos lo están aplicando con esa obligatoriedad. Hay gente que piensa: «Bueno en determinados casos como en un quirófano tendrán que ponerse la mascarilla».

Pues sí… o no. En cirugía «sucia», al que toca partes del cuerpo en las que pueden haber bacterias como los órganos internos seguramente sí. Pero acudamos a ver qué dice la evidencia, de nuevo de los equipos revisores de Cochcrane:

Máscaras faciales quirúrgicas desechables para la prevención de la infección de la herida quirúrgica en cirugías limpias | Cochrane

Sí, en cirugía «limpia», digamos la superficial, no hay diferencia entre ponerse protección facial y no hacerlo.

Este es un ejemplo de que las medidas se pueden poner con rigor o se puede dar café para todos, como está haciéndose de nuevo con la obligatoriedad del uso de cobertores bucales.

Durante la pandemia de SARS-CoV-2 las mascarillas se convirtieron en uno de los factores omnipresentes más importantes que afectan a la respiración humana. Claro, nos ponemos la mascarilla porque nos lo dicen y pensamos que se trapillo inocente no puede provocar daños, pero como toda intervención sanitaria, claro que hay posibles daños.

Las mascarillas provocan una reinhalación de CO2. Y cuando se revisa sistemáticamente la literatura científica sobre la exposición al CO2 y el uso de mascarilla, nos encontramos esto:

Posible toxicidad de la exposición crónica al dióxido de carbono asociada con el uso de mascarillas, particularmente en mujeres embarazadas, niños y adolescentes – Una revisión exploratoria: Heliyon (cell.com)

El aire fresco tiene alrededor de 0,04% de CO2, mientras que el uso de mascarillas durante más de 5 minutos conlleva una posible exposición crónica al dióxido de carbono del 1,41 % al 3,2 % del aire inhalado.

Aunque la acumulación suele estar dentro de los límites de exposición a corto plazo, se deben considerar las superaciones y consecuencias a largo plazo.

Cell.

Los expertos en toxicidad de la Marina de los Estados Unidos establecieron los límites de exposición en los submarinos del 0,8% de CO2.

Hicieron pruebas con animales expuestos crónicamente al 0,3% de CO2 y los datos demostraron teratogenicidad (anomalías en el feto) con daño neuronal irreversible en la descendencia.

También se comprobó que pueden provocar reducción del aprendizaje espacial causado por la apoptosis de las neuronas del tronco encefálico. Y reducción de los niveles de factores de crecimiento.

La exposición crónica del 0,3% de CO2 «debe definirse como tóxica«, indica este trabajo.

Existen datos adicionales sobre la exposición al 0,3% de CO2 en mamíferos adolescentes que causan destrucción de neuronas, lo que incluye menos actividad, aumento de la ansiedad y deterioro del aprendizaje y la memoria.

Y también hay datos que indican toxicidad testicular en adolescentes en concentraciones de CO2 superiores al 0,5%.

Vamos que si nos ponemos mucho las mascarilla nos podemos quedar tontos.

Y hay más, en este caso un estudio hecho con niños en escuelas -porque se empieza por los hospitales y se acaba obligando a enmascararse en los centros educativos- de Cataluña:

Desentrañando el papel del uso obligatorio de mascarillas para el control del SARS-CoV-2 en las escuelas: un estudio cuasiexperimental anidado en una cohorte de base poblacional en Cataluña

Conclusión: «Los mandatos de FCM [obligatoriedad del uso de mascarillas] en las escuelas no se asociaron con una menor incidencia o transmisión del SARS-CoV-2, lo que sugiere que esta intervención no fue efectiva«.

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