Por RT
Los cambios surgen debido a múltiples casos en los que obispos locales o regionales declaraban rápidamente la naturaleza sobrenatural de un fenómeno sin verificar a fondo.
La Iglesia católica ha decidido actualizar las normas para el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, incluidas apariciones, visiones y supuestas revelaciones, según informó la agencia de noticias del Vaticano.
La decisión se tomó tras un encuentro este viernes en la Santa Sede, en el que participaron miembros del Dicasterio para Doctrina de la Fe y del Observatorio de apariciones y fenómenos místicos ligados a la Virgen María.
El nuevo documento, que entrará en vigor este domingo, establece que ya no se recurrirá a la autoridad de la Iglesia para definir oficialmente la naturaleza sobrenatural de un fenómeno, un proceso que puede requerir mucho tiempo para estudiar a fondo un suceso. Asimismo, habrá una mayor implicación explícita del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que debe aprobar la decisión final del obispo local y que tiene autoridad para intervenir ‘motu proprio’ en cualquier momento.
«Problemas graves que perjudican a los fieles»
La nueva implicación explícita del Dicasterio está relacionada con la dificultad de circunscribir los fenómenos, que en algunos casos alcanzan relevancia internacional, «lo que significa que una decisión tomada en una diócesis tiene consecuencias también en otros lugares».
El Vaticano afirma que los cambios en el documento también surgen debido a múltiples casos que se registraron en el último siglo en los que obispos locales o regionales declaraban rápidamente la naturaleza sobrenatural de un fenómeno, sólo para que el Santo Oficio expresara una decisión diferente.
Según el cardenal prefecto Víctor Manuel Fernández, aunque «muchas veces estas manifestaciones han producido una gran riqueza de frutos espirituales, de crecimiento en la fe», existe la posibilidad de que en algunos acontecimientos de presunto origen sobrenatural se detecten «problemas muy graves que perjudican a los fieles»: casos en los que «beneficios, poder, fama, notoriedad social, interés personal» se derivan de los supuestos fenómenos, aseguró.
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