Por Kontrainfo

Investigadores del Instituto de Cristalografía de Italia reavivaron un debate que lleva más de 600 años, si el Santo  Sudario de Turín tiene huellas del cuerpo de Jesús: los nuevos estudios, publicados por la revista Heritage, podrían demostrar que la tela funeraria que “muestra la huella de Jesús” es real y es originaria de los mismos años en que vivió Jesucristo, contradiciendo estudios anteriores que habían datado el sudario en épocas medievales.

Además, otros estudios identificaron partículas de polen del Medio Oriente en las fibras de lino de la Sábana, lo que refuerza la idea de que esta no proviene de Europa, sino de la región donde se desarrollaron los eventos de la crucifixión.

La famosa “Sábana Santa” de  Turín, un trozo de lino impreso con la imagen de un hombre de 1,80 mts. con barba y pelo largo, fue motivo de controversia durante siglos. Para los creyentes, Jesús fue envuelto en ella antes de ser enterrado y la imagen que se vislumbra en esta tela es él, mientras que otros no están de acuerdo y se han mantenido escépticos.

Las nuevas conclusiones científicas del Instituto de Cristalografía del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Italia, permiten afirmar que la tela fue hecha hace unos 2.000 años, el mismo período en el que vivió y murió Jesucristo, no solo según la datación del Evangelio sino también de historiadores no cristianos, como Flavio Josefo. Según la mayoría de las estimaciones, Jesús fue crucificado en el año 33 d. C., basándose en el calendario juliano, hace 1.991 años.

Los investigadores italianos utilizaron tecnología especializada de rayos X para examinar la sábana de lino y obtener datos que le permitieran determinar su edad. Analizaron ocho pequeñas muestras de tela para descubrir pequeños detalles de la estructura del lino y los patrones de celulosa y utilizaron métricas de envejecimiento específicas como la temperatura y la humedad para determinar los resultados.

En 1988, de acuerdo a investigaciones realizadas con el método de carbono 14, se había afirmado que la tela pertenecía a la Edad Media, cientos de años después de Cristo. Pero el Dr. Liberato De Caro, autor principal del último estudio, explicó que la datación por carbono que se había usado para estimar que la Sábana Santa fue hecha entre los años 1260 y 1390, no era confiable. “Las muestras de tela suelen estar sujetas a todo tipo de contaminación, que no se puede eliminar por completo de la muestra fechada”, detalló.

En la Biblia dice que José de Arimatea fue el hombre que envolvió el cuerpo de Jesús en lino antes de colocarlo en la tumba. Puntualmente un pasaje de Mateo 27:59-60 dice: “José tomó el cuerpo y lo envolvió en una sábana nueva. Puso el cuerpo de Jesús en un sepulcro nuevo que había cavado en un muro de roca”.

Impresa en la tela del sudario parece observarse la imagen de un hombre con los ojos hundidos y algunos afirman que las marcas en el cuerpo se parecen a las heridas de la crucifixión.

Entre los signos que se pueden percibir están las heridas causadas por una corona de espinas en la cabeza, lesiones en brazos y hombros y laceraciones en la espalda.

La Biblia relata que Jesús fue azotado por los romanos, obligado a usar una corona de espinas y a cargar su cruz antes de dejarlo morir.

El investigador principal Liberato De Caro, del Instituto de Cristalografía de Italia, y sus colegas emplearon un método novedoso para datar hilos de lino antiguos. Inspeccionaron degradaciones estructurales utilizando una técnica llamada dispersión de rayos X de gran angular. Esto se aplicó a una pequeña muestra de la sábana.

Los resultados del análisis fueron “totalmente compatibles” con mediciones análogas que se obtuvieron de una muestra de lino. La datación, según los registros históricos, es del 55-74 de la C. Ese argumento es consistente con la hipótesis de que la  Sábana Santa es una reliquia de 2000 años de antigüedad.

La investigación señala que los resultados solo son compatibles con esta hipótesis con la condición de que el objeto se mantuviera a niveles adecuados de temperatura media (alrededor de 20-22,5 grados Celsius, o 68-72,5 grados Fahrenheit). El objeto también tuvo que tener una humedad relativa de 55 a 75 por ciento durante 13 siglos de historia desconocida, además de siete siglos de historia conocida en Europa.

La nueva técnica que utilizó Liberato de Caro está basado en la “dispersión de rayos X de gran angular” y permite examinar el envejecimiento natural de las telas.

Al hablar sobre cómo funciona, el científico italiano explicó que una microfibra de tela es como el de un paquete de espaguetis: “al principio todos tienen la misma longitud, pero si sometes el paquete a golpes accidentales, cuanto más aumentan los golpes, más se rompen los espaguetis. A medida que aumenta el número de descargas, siempre de la misma intensidad, la longitud media de los espaguetis va disminuyendo con el tiempo, hasta alcanzar una longitud mínima”.

Dijo que algo similar sucede con las cadenas poliméricas de la celulosa que, como espaguetis, se van rompiendo a lo largo de los siglos por el efecto combinado de la temperatura, la humedad, la luz y la acción de los agentes químicos en el medio en que se encuentran.

Este nuevo método se probó primero en muestras de lino ya fechadas con otras técnicas, en muestras que no tenían nada que ver con la Sábana Santa, y luego se aplicó en 2022 a una muestra tomada de la  Sábana Santa de Turín.

En el abstract del trabajo se expresa: “En una muestra del Santo Sudario de Turín (ST), aplicamos un nuevo método para datar hilos de lino antiguos inspeccionando su degradación estructural por medio de la Dispersión de Rayos X de Ángulo Amplio (WAXS). El método de datación por rayos X se aplicó a una muestra del ST consistente en un hilo tomado en la proximidad del área de radiocarbono 1988 (esquina del ST correspondiente al área de los pies de la imagen frontal, cerca de la llamada muestra de Raes). El tamaño de la muestra de lino fue de aproximadamente 0,5 mm × 1 mm. Obtuvimos perfiles de datos WAXS integrados unidimensionales para la muestra del ST, que fueron completamente compatibles con las mediciones análogas obtenidas en una muestra de lino cuya datación, según los registros históricos, es 55-74 d. C., Sitio de Masada (Israel). El grado de envejecimiento natural de la celulosa que constituye el lino de la muestra investigada, obtenido por análisis de rayos X, mostró que el tejido del ST es mucho más antiguo que los siete siglos propuestos por la datación por radiocarbono de 1988. Los resultados experimentales son compatibles con la hipótesis de que el TS es una reliquia de 2000 años de antigüedad, como supone la tradición cristiana, siempre que se haya conservado a niveles adecuados de temperatura secular media (20,0–22,5 °C) y humedad relativa correlacionada (75–55%) durante 13 siglos de historia desconocida, además de los siete siglos de historia conocida en Europa. Para que el presente resultado sea compatible con el de la prueba de radiocarbono de 1988, el TS debería haberse conservado durante sus hipotéticos siete siglos de vida a una temperatura ambiente secular muy próxima a los valores máximos registrados en la Tierra”.

Por su parte, la bióloga y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, María José Luciáñez, sostuvo en la Universidad Católica de Ávila en una conferencia sobre la Sábana Santa en 2008, que se han encontrado 49 especies diferentes de pólenes. Un buen número de variedades que se han convertido en el mejor testimonio científico del recorrido que la Sábana Santa realizó desde la muerte de Cristo hasta nuestros días, en la ciudad italiana. «El lienzo viajó de Asia Menor a Europa», recalca la bióloga, que insiste en que algunos de estos granos corresponden a especies desaparecidas hace centenares de años en Palestina.

En el Santo  Sudario de Turín se observa la imagen de un hombre con marcas en el cuerpo similares a las que se describen en el Evangelio. Entre los signos que se pueden observar están las heridas causadas por una corona de espinas en la cabeza, lesiones en brazos y hombros y laceraciones en la espalda.

Los iconos bizantinos como el Pantocrátor del Sinaí (siglo VI) parecen sorprendentemente similares. Antes de este icono, no existía una forma estandarizada de representar a Cristo en el arte.

El historiador francés Jean-Christian Petitfils es uno de los que respaldan su autenticidad, y a él le avalan asimismo cuarenta años investigando el Sudario de Turín. Todo este tiempo le han valido para convencerse de que el rostro fotografiado por Secondo Pia en 1898 es verdaderamente la cara Jesucristo en el sepulcro. En la última investigación del francés, titulada La Sábana Santa de Turín: La Investigación Definitiva, el autor ha recopilado todos los estudios realizados de la Síndone. De toda la convergencia de distintos estudios, divergentes en su método, aunque no tanto en sus resultados, el autor francés afirma que llegó a la conclusión «bastante pronto de que la Sábana Santa de Turín no podía ser una falsificación».

Según Instituto Nacional de Tecnología de Estados Unidos, la  Sábana Santa es el objeto más estudiado de la historia. Durante siglos, millones de personas de todo el mundo han creído que la inexplicable Sábana Santa de lino es el auténtico lienzo funerario de Jesús de Nazaret. Además, la ciencia y la tecnología modernas han revelado muchos secretos ocultos en la Sábana Santa desde su formación.

La Sábana Santa de Turín es una larga tela de lino que mide cuatro metros de largo por 1,5 de ancho. Como se ha indicado con anterioridad, presenta la tenue imagen de un hombre crucificado con barba, con manchas de sangre que coinciden con las heridas de la crucifixión sufrida por Jesús de Nazaret, tal y como se recoge en los relatos de los cuatro evangelios.

Lleva en Turín (Italia) desde 1578, más de 400 años. En Francia estuvo otros 200 años, desde 1356. Se ha conservado y venerado durante siglos como el verdadero sudario funerario que envolvió a Jesucristo tal y como aparece en la Biblia. Entre 1450 y 1982 fue propiedad de la familia real de Saboya, hasta que el antiguo rey de Italia Humberto II falleció y la legó al Papa. Esta pieza fue dañada en un incendio en 1532 en la capilla de Chambéry, Francia, y luego fue reparada por monjas. Desde entonces la Sábana Santa de Turín fue largamente estudiada con la esperanza de resolver el largo problema.

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