Por Kontrainfo

La intervención de la banca Rothschild & Co fue crucial en la reestructuración de más de 20.000 millones de dólares de deuda de Ucrania, destaca la agencia Reuters, en un proceso descrito como uno de los más rápidos y grandes de la historia.

Los tenedores de bonos, entre ellos el gigante financiero estadounidense BlackRock, así como el gestor de activos francés Amundi, habían concedido al régimen de Kiev una suspensión temporaria de los pagos de la deuda de dos años en agosto de 2022.

Sin embargo, el comité central de tenedores de bonos se quejó de que la reducción que exigía Ucrania era “significativamente superior” al 20% esperado y corría el riesgo de causar un “daño sustancial” a las relaciones.

Ya en 2024, a menos de dos meses de que expirara la moratoria de pagos concedida a Ucrania en 2022, el equipo designado por la banca Rothschild, que fue nombrado como asesor del Ministerio de Finanzas ucraniano en 2017 para hacer frente a la deuda, organizó reuniones en sus oficinas de París en las que habrían participado representantes de los principales fondos financieros del mundo, el jefe de deuda de Kiev, Yuri Butsa, los asesores legales de largo plazo de Ucrania, White & Case, y los representantes de Rothschild.

Los tenedores de bonos exigieron que el régimen de Kiev reiniciara los pagos de cupones de inmediato, ofreciera una vía para una mayor recuperación del capital y que “mantuvieran las cosas simples”.

Finalmente, el comité que representa a los tenedores del 25% de los bonos acordó aceptar pérdidas del 37% (8.700 millones de dólares) sobre el valor nominal de su deuda, lo que permitirá a Ucrania ahorrarse 11.400 millones de dólares que resultaban impagables en los próximos tres años, algo que es crucial tanto para continuar su esfuerzo bélico como para su programa con el FMI.

A cambio, el país eslavo ofreció una alternativa en forma de un bono vinculado al PIB, y a los acreedores también se les ofrecieron los pagos de cupones instantáneos que querían, comenzando con una tasa del 1,75% y eventualmente aumentando al 7,75%. Lo acordado logró contar con el apoyo de más del 97% de los tenedores.

Gracias a la labor diplomática conjunta de Rothschild, BlackRock, JP Morgan Chase y McKinsey & Company, varios gobiernos como los EEUU, Reino Unido y las naciones de la Unión Europea e instituciones crediticias internacionales han venido entregando préstamos de miles de millones de dólares para el esfuerzo bélico y la reconstrucción de Ucrania. El negocio consistiría en hacer pagar a Rusia a futuro esas deudas. Pero para eso, primero Occidente debe hacer que el Estado comandado por Vladimir Putin pierda la guerra, lo que no parece estar ocurriendo.

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