Por DW Documental
Desde la guerra en Ucrania, crece en Suecia el miedo a una invasión rusa. El gobierno da consejos a la población de cara a una crisis y quiere educar a su ciudadanía como preparacionistas.
Como reacción a la anexión rusa de Crimea en 2014 y las maniobras rusas en el Báltico, Suecia reintrodujo el servicio militar obligatorio en 2017. Además del refuerzo en personal y equipamiento, se incrementó progresivamente el presupuesto para las fuerzas armadas. Con la solicitud de adhesión a la OTAN, el país rompió incluso con dos siglos de política de neutralidad.
También la población civil debe mentalizarse para una emergencia y tomar medidas para una hipotética crisis. Robin es un veterano preparacionista. Este padre de familia de Estocolmo siempre tiene suficientes provisiones en casa, para sobrevivir de forma autosuficiente durante unas semanas. Va regularmente al bosque a pasar unos días en la naturaleza acompañado de sus hijos porque, también ellos, deben estar preparados para una crisis por improbable que sea.
El interés por el preparacionismo en Suecia es más grande que nunca. Personas de todo segmento social acaparan preventivamente víveres, practican técnicas de supervivencia o, incluso, aprenden a usar armas. Los «preppers” están además coordinados. Pär Plüschke, de 38 años, ofrece cursos de superviviencia. Hace algunos años, el interés en sus técnicas era limitado; hoy, apenas logra responder a la demanda.
A tenor de la creciente incertidumbre bélica, del cambio climático y de posibles ciberataques, cada vez más suecos quieren aparcar la teoría y pasar a la acción asumiendo responsabilidad individual para defenderse a sí mismos y a la sociedad de cualquier amenaza.
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