Traducido de Naturalnews.com por Tierrapura.org 

(Natural News) La agenda globalista de control médico, que comenzó con las vacunas contra el coronavirus de Wuhan (COVID-19), está a punto de alcanzar un nuevo nivel con el impulso de Pfizer a los medicamentos orales con microchips incorporados.

Albert Bourla, director general de la empresa farmacéutica con sede en Nueva York, pregonó la importancia de este avance durante la reunión del Foro Económico Mundial (FEM) de 2018 en Davos (Suiza). Explicó que cada tableta contendría un “chip biológico” con fines de seguimiento y vigilancia.

Las autoridades estarían informadas de que el fármaco fue tomado una vez que la tableta se consuma y se disuelva dentro del cuerpo, asegurando el cumplimiento.

“Imagínense el cumplimiento”, dijo Bourla en su momento. “Imagínense las aplicaciones de eso. Las compañías de seguros saben que los medicamentos que deben tomar los pacientes, los toman”.

Un artículo en el sitio web del Foro Económico Mundial (FEM) analizó la tecnología de implantes de chips que Bourla está promoviendo a través de microchips ingeribles que permanecen en el cuerpo.

“Aunque los implantes de chips puedan parecer aterradores, forman parte de la evolución natural que experimentaron en su día los wearable”, escribió Kathleen Philips, vicepresidenta de investigación y desarrollo del Centro Interuniversitario de Microelectrónica de Bélgica.

Y añadió: “Los audífonos o las gafas ya no tienen un estigma. Son accesorios e incluso se consideran un artículo de moda. Del mismo modo, los implantes se convertirán en un producto básico”.

Philips también justificó que los niños lleven estos microchips ingeribles, diciendo: “Hay razones sólidas y racionales para ello, como la seguridad”.

Sin embargo, los críticos señalaron que el artículo del FEM de Philips utilizaba una analogía errónea. Las gafas y los audífonos no están integrados en el cuerpo y no pueden ser controlados por fuerzas externas.

Paul Joseph Watson, de Summit News, también dijo palabras contundentes. “El artículo insiste en la idea de que los ‘humanos prefeccionados’ (“augmented humans”) son inevitables y que las élites mundiales necesitan establecer un monopolio de poder sobre la tecnología para regularla ‘éticamente’”, escribió.

“La tecnología necesita ‘el apoyo, la visión y la audacia adecuados’, que por supuesto le proporcionarán sus señores tecnócratas, los mismos que intentan desesperadamente censurar Internet para que no se les pueda criticar”.

El presidente del FEM promueve los microchips

Curiosamente, el director general del FEM, Klaus Schwab, también ha promovido agresivamente los microchips, afirmando que estos serán implantables y capaces de leer los pensamientos de uno.

En su libro “The Great Reset”, Schwab promovió lo que él llama la Cuarta Revolución Industrial y la idea del transhumanismo. Esta revolución, escribió, “llevaría a una fusión de nuestra identidad física, digital y biológica”.

El intelectual israelí Yuval Noah Harari, uno de los principales asesores del FEM, también dijo que las personas ya son “animales hackeables” y que “el libre albedrío ya no existe” una vez que reciben los pinchazos experimentales.

“El COVID es fundamental porque es lo que convence a la gente para que acepte legitimar la vigilancia biométrica total. No solo tenemos que vigilar a las personas, sino también lo que ocurre bajo su piel”, dijo Harari, que se define como “profeta de la nueva era”.

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Vea este extracto de “The Stew Peters Show” en el que el propio Bourla admite haber violado la ley federal.

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