Por Mundo Esotérico y Paranormal
El terremoto y tsunami de Japón de 2011, también llamado Gran Terremoto de Sendai o Gran Terremoto de Tōhoku, fue un desastre natural que ocurrió en el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011.
El evento comenzó con un poderoso terremoto frente a la costa nororiental de Honshū, la isla principal de Japón, que causó daños graves en tierra e inició una serie de grande solas que devastaron muchas zonas costeras del país, sobre todo en la región de Tōhoku (noreste de Honshū). El tsunami también provocó una importante accidente nuclear en una central eléctrica a lo largo de la costa.
Los primeros informes de víctimas tras el tsunami hablaban de cientos de muertos y cientos de desaparecidos. Los números en ambas categorías aumentaron dramáticamente en los días siguientes a medida que se conoció el alcance de la devastación, especialmente en las áreas costeras, y se iniciaron las operaciones de rescate.
Dos semanas después del desastre, el recuento oficial de muertes del gobierno japonés había superado las 10.000. Para entonces era evidente que el terremoto y el tsunami constituían uno de los desastres naturales más mortíferos en la historia de Japón, superando el gran terremoto y tsunami que ocurrió frente la prefectura de Iwate en junio de 1896.
Inminente tsunami
La probabilidad de que en los próximos treinta años se produzca un tsunami en el mar Mediterráneo, con olas de más de un metro de altura y setecientos metros de profundidad y unas consecuencias que pueden llegar a ser catastróficas, son muy altas, según advierte un informe de la UNESCO.
Durante una rueda de prensa sobre el sistema mundial de alerta de tsunamis “Tsunami Ready”, el secretario de la Comisión Oceanográfica (COI) de la UNESCO, Vladimir Ryabinin, aclaró que no hay un 100% de posibilidades de que suceda, pero estas son muy altas y “tenemos que estar preparados para ello”.
Actualmente, hay 40 zonas costeras en 21 países que han sido reconocidas por la UNESCO como preparadas para sufrir un tsunami, un tema que será el protagonista de la cumbre de los Océanos de las Naciones Unidas que tendrá lugar en Lisboa a partir del próximo 27 de junio.
La iniciativa “Tsunami Ready” busca asegurar que las comunidades costeras estén preparadas para los tsunamis en todas las regiones del mundo.
En el caso del área mediterránea, los expertos advierten de la infravaloración del riesgo de tsunami por parte de las autoridades y que, por tanto, estas poblaciones están poco sensibilizadas.
Este proyecto, financiado por la Unión Europea (UE), comenzó a implementarse en la isla griega de Cosen 2020, tras el pequeño tsunami sufrido en 2017. Ahora, la UNESCO se suma a la UE y quiere llevar esta iniciativa de formación y protección a todas las comunidades costeras del mundo.
“La meta es tener el 100% de las áreas costeras preparadas para vivir un tsunami”, explicó Bernardo Aliaga, especialista del programa de tsunamis del IOC UNESCO. “Muchas de ellas son áreas vulnerables y deben estar preparadas cuando enfrenten esta amenaza.”
Para elaborar los programas de formación de las poblaciones ante un tsunami se tienen en cuenta una serie de criterios que valoran los riesgos en cada zona, entre ellos el nivel socioeconómico de las comunidades, la composición del terreno o la vegetación.
Aliaga destacó la vital importancia de una buena coordinación entre las comunidades de investigación y las instituciones y organismos de seguridad y emergencias para dar una respuesta eficaz ante un tsunami. El 70% de estos fenómenos son causados por movimientos sísmicos, el 20% por actividad volcánica y el 10% restante por fenómenos meteorológicos.
Peligros potenciales del megatsunami
Un megatsunami tiene efectos devastadores en las zonas costeras y representa un peligro potencial para las comunidades locales. El poder de un megatsunami es tan inmenso que puede provocar la pérdida de innumerables vidas. Puede arrasar rápidamente con comunidades enteras, dejando a su paso nada más que destrucción y muerte.
También tiene el potencial de causar una enorme cantidad de daño estructural a edificios, infraestructura, puentes y otras estructuras. La fuerza de la ola puede destruir fácilmente cualquier cosa a su paso, incluidos pueblos y ciudades enteras.
La fuerza pura de un megatsunami puede causar grandes inundaciones a lo largo de las regiones costeras e incluso más hacia el interior.
Esta inundación puede provocar la destrucción de viviendas, negocios y otras estructuras esenciales, así como el desplazamiento de personas de sus hogares. Por no decir que puede causar un daño ambiental significativo al destruir ecosistemas, contaminar los suministros de agua y matar la vida silvestre.
Las poderosas olas generadas por un megatsunami también pueden propagar contaminantes, como petróleo y aguas residuales, a áreas cercanas. Esto puede causar más daño al medio ambiente y tener un impacto negativo en la salud de la población local y la vida silvestre.
¿Estás preparado para el megatsunami en el mediterráneo?
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