Fuente: Hispanidad.com
Visto en: TierraPura.Org
Todo empezó el 2 de abril con un post en Facebook de Billy Hallowell, un periodista de la CBN, que reproducía una de las frases más importantes del cristianismo, «Jesús murió para que tú pudieras vivir». El post no decía nada más, ni contenía imágenes o fotos. Simplemente fue proclamado en su red social tras la Semana Santa.
A las pocas horas de publicarlo, la red social lo despublicó y asoció un mensaje para explicar los motivos. Desde hace años, Facebook tiene estandarizados todos estos procedimientos y es imposible un trato personal ni es posible ponerse en contacto con una persona de algún centro de ayuda para contar un caso de manera directa.
Según El Debate, Hallowell apeló la condena a su post y, días después, Facebook respondió asegurando de nuevo que «No podemos mostrar contenido que contradiga los estándares de nuestra comunidad con respecto al discurso de odio».
En Hispanidad insistimos en que es el Nuevo Orden Mundial (NOM) en red: a cargo de Google, Facebook y los “verificadores’. En nuestro caso concreto, hemos pasado de una censura que empezó porque Facebook censuraba a Hispanidad por hablar de los “diez negritos” de Agatha Christie… porque es “lenguaje soez”, a ser testigos del rezar en la calle es delito y finalmente, la estación terminis: la condena a Cristo por… delito de odio. ¡Acabarámos!
Y esto lo dice… Mark Zuckerberg. Pues, a Mark Zuckerberg podríamos decirle lo mismo que en su día le espetó el senador republicano Ted Cruz al entonces CEO de Twitter, Jack Dorsey, “¿quién demonios le ha elegido a usted para decidir sobre qué pueden informar los medios de comunicación y qué es lo que los americanos tienen derecho a escuchar?
Porque resulta que en este ambiente de pensamiento único, ¿cuál creen que es el mensaje más censurado? Acertaron: el mensaje y el pensamiento cristianos. Ejemplos como este del escritor que publica un mensaje de la Biblia son una manifestación de la blasfemia contra el Espíritu Santo: llamar bien al mal y mal al bien. Nos recuerda al pasaje en el que los fariseos acusaban a Jesús de expulsar demonios… porque era el príncipe de los demonios.
Ahora va a resultar que Facebook condena a Cristo por anunciar que da su vida por los demás. Insistimos: ¿Y eso quién lo dice, el señor Zuckerberg? Pues que nos explique dónde encuentra él dicho mensaje de odio.
Conclusión: Facebook o Google, nos dicen qué es lo que podemos decir y qué es lo que debemos callar. Y recuerden: si aceptas que te impongan lo que debes decir y lo que debes callar, acabarás aceptando que te impongan lo que debes pensar. Cuestión de tiempo.
Pero tranquilos, la censura anticristiana está condenada al fracaso: a Dios no hay quien le silencie. Ni en Google. Además, le gusta jugar con esos poderosos y siempre les sorprende por donde menos se lo esperan.
Es la estación término del proceso cristófobo que se desarrolla en el siglo XXI y, naturalmente, está condenado al fracaso.
Pues si se aplica comprensión de lectura y lógica a la biblia, se descubre que Jesús Cristo nada que ver con ese «dios» del A.T. Son las palabras de Jesús Cristo en Juan 16:2-3 que dejan eso en claro.