¿Quién no ha oído decir que los ojos son el reflejo del alma?
Los ojos pueden reflejar, bondad, amor, odio, e incluso, atemorizar a aquel que los mira, hasta el punto de tener que volver la mirada.
A veces, somos nosotros los que no queremos que invadan nuestra intimidad, y enseguida desviamos la mirada, intentando evitar cierta incomodidad.
También, el mero hecho de mirar un retrato, puede hacernos tener sensaciones buenas o malas sobre esa persona, incluso sentir miedo, o algún otro sentimiento que nos incomode.
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