El secretario de Estado, Marco Rubio, afirma que hay ovnis sobrevolando bases nucleares estadounidenses

Por Amed Post / Traducido por el equipo de SOTT.net

Se han observado objetos voladores no identificados (OVNI) sobre instalaciones nucleares restringidas de EE.UU., con detalles tan sensibles que incluso los presidentes reciben información solo cuando es estrictamente necesario, según ha afirmado el secretario de Estado Marco Rubio, estrecho aliado del expresidente Donald Trump.

Rubio hizo esta sorprendente confesión en el tráiler del documental The Age of Disclosure (La era de la divulgación), cuyo estreno está previsto para el 21 de noviembre de 2025, con transmisión en directo en Prime Video y proyecciones en cines que califican para los premios.

Producida por el director ganador del Emmy, Dan Farah, la película denuncia un encubrimiento global de inteligencia no humana durante 80 años. En el vídeo, Rubio afirma: «Había habido informes de algo operando en el espacio aéreo sobre instalaciones nucleares restringidas» que no era de fabricación estadounidense.

Añade que la inteligencia «me quita el sueño» y que los denunciantes arriesgan sus vidas por denunciar.

Estas afirmaciones se inscriben en un largo historial de avistamientos ovnis vinculados a instalaciones nucleares, que se remonta a los albores de la era atómica. Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos aliados reportaron «foo fighters», misteriosos orbes brillantes que seguían a los aviones sobre Europa y el Pacífico, desafiando las explicaciones convencionales y alimentando las sospechas iniciales de tecnología de vigilancia avanzada.

El incidente de Roswell de 1947, donde un supuesto «disco volador» se estrelló cerca de un aeródromo del Ejército de Nuevo México, desató las teorías conspirativas modernas: el ejército anunció inicialmente la recuperación de un «platillo volador» antes de retractarse, afirmando que se trataba de un globo meteorológico.

Teóricos, desde autores como Stanton Friedman hasta foros en línea, han alegado desde entonces un encubrimiento orquestado por el gobierno de naves y cuerpos extraterrestres, con Roswell como la zona cero durante décadas de desconfianza en las negaciones oficiales.

La revelación de Rubio también recuerda un notorio suceso de 1967 en la Base Aérea Malmstrom de Montana, donde ovnis supuestamente desactivaron misiles nucleares estadounidenses. El entonces capitán Robert Salas, que supervisaba un silo subterráneo, recibió un informe de un disco brillante flotando sobre él. Momentos después, los 10 misiles Minuteman se desactivaron inexplicablemente, a pesar de las medidas de seguridad redundantes.

Robert Salas, quien posteriormente lo hizo público, lo describió como algo que trasciende la tecnología humana: posiblemente una señal extraterrestre contra las armas nucleares.

La película incluye videos desclasificados del Pentágono de 2004 y 2015, que capturan a pilotos de la Marina reaccionando a objetos que se mueven a velocidades imposibles. Un piloto de la Marina dice: «Hay una flota entera de ellos… ¡Dios mío, todos van contra el viento!». El Departamento de Defensa autenticó las imágenes esta semana, pero calificó el fenómeno de «no identificado», es decir, sin relación con los programas estadounidenses.

Esto coincide con las preocupaciones oficiales: un grupo de trabajo del Pentágono de 2019 detectó «aeronaves no autorizadas o no identificadas» en zonas militares, lo que provocó una simplificación de los informes de la Marina. El extinto Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas, dirigido por Luis Elizondo hasta su renuncia en 2017 por secretismo, investigó incursiones similares.

Luis Elizondo declaró a CNN: «Hay pruebas muy convincentes de que quizá no estemos solos».

Como exmiembro del Comité de Inteligencia del Senado, Rubio insta a prestar atención. Y afirma: «Es un tema crucial», señalando posibles amenazas de fuentes avanzadas o extraterrestres.

Con la participación de altos funcionarios en La Era de la divulgación, el debate sobre el arsenal nuclear estadounidense se intensifica.

La evidencia apunta a posibilidades como adversarios extranjeros, drones u otra tecnología avanzada. Los detalles, antes ocultos, ahora exigen escrutinio.