Por RT
Un astrónomo estima que el objeto celeste en cuestión hacía «cosas que un planeta de buena fe no debería estar haciendo».
Un supuesto exoplaneta detectado a 25 años luz de la Tierra por primera vez en el 2008, a partir de los datos previamente recabados por el telescopio espacial Hubble, parece haber dejado de existir.
En el tiempo transcurrido los astrónomos confirmaron la existencia de ese cuerpo celeste, calcularon su órbita y le dieron un nombre propio, ‘Dagón’, aunque se mantuvo también la designación tradicional, por el nombre del astro orbitado: ‘Fomalhaut b’. Sin embargo, ahora dos investigadores de EE.UU. conjeturan que posiblemente nunca existió y era un evento desastroso, previo a la fecha del primer registro, que se hizo pasar por un planeta.
Una simulación por computadora llevada a cabo en la Universidad de Arizona apunta a una colisión de dos planetoides que medían como asteroides, pero se redujeron a una nube de polvo espacial. Según un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences el 20 de abril, esa nube era percibida inicialmente como un gigante gaseoso al estilo de Júpiter.
Ya en las imágenes inéditas del Hubble, que se remontan al 2014, se aprecia que Dagón había desaparecido por completo. Y eso que era considerado como uno de los pocos exoplanetas detectables en luz visible, sin efectos ópticos especiales.
Las colisiones como la que posiblemente se había producido en el disco protoplanetario del Fomalhaut «son extremadamente raras, por lo que es un gran problema que realmente podamos ver una», dijo el primer autor del estudio, Andras Gaspar, y recoge el sitio web de la Universidad de Arizona. Estima también que los científicos estaban «en el lugar correcto en el momento adecuado para haber presenciado un evento tan poco probable con el telescopio espacial Hubble».
El desvío
Fomalhaut es una estrella bastante joven, de unos 440 millones de años, y todavía está rodeada por un anillo helado de polvo y gas, que son restos del disco circunestelar. Eso implica que los planetas, si la orbita alguno, también deberían ser bastante jóvenes y, por lo tanto, cálidos e irradiar en infrarrojo. Pero nunca se detectó una radiación infrarroja emitida por Dagón.
Esta y algunas contradicciones más generaban dudas entre los astrónomos sobre si realmente habían descubierto un exoplaneta. Hubo incluso una hipótesis de que el cuerpo en la órbita elíptica del Fomalhaut podía ser una estrella de neutrones.
«Claramente, Fomalhaut b hacía cosas que un planeta de buena fe no debería estar haciendo», valoró Gaspar.
No obstante, este nuevo estudio estima que la versión más consistente con los modelos de formación planetaria sería la colisión desastrosa de dos cuerpos, acto previo a la primera imagen obtenida de Dagón. A partir de ese hecho, los restos se estarían disipando y expandiendo por el espacio, de manera que el Hubble es incapaz de registrarlos. Aún más, los autores estiman que del antiguo candidato a exoplaneta no queda nada que siga orbitando dicha estrella.
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