Foto: Pixabay

Por Sputnik

Uno de los cuervos de la Torre de Londres está desaparecido. Según la leyenda, si su cantidad es menos de seis significaría la perdición del reino.

El maestro de los cuervos, Christopher Skaife, confirmó que uno de los pájaros, Merlina, conocida como la reina de los cuervos de la torre, se presume muerta después de estar desaparecida durante semanas.

«Merlina es un cuervo de espíritu libre y se sabe que ha abandonado el recinto de la torre en muchas ocasiones. Soy su amigo y normalmente vuelve con nosotros, pero esta vez no lo hizo. Así que me temo que ya no está con nosotros», declaró en una entrevista con la BBC.

«Justo antes de Navidad, antes de entrar en la cuarentena, estábamos acostando a los cuervos, y ella no volvió», precisó.

Si se confirma, la muerte de Merlina disminuiría el número de cuervos en la torre a solo siete. Según la leyenda, si dos más murieran, la torre y el reino caerían.

No obstante, Skaife reveló que la torre tenía un cuervo de reserva para asegurarse la cantidad de los pájaros.

«Tenemos siete cuervos aquí en la Torre de Londres, seis por decreto real. Y, por supuesto, todavía tengo uno de reserva, así que estamos bien por el momento», comentó.

Seis de los siete cuervos restantes se llaman Jubilee, Harris, Gripp, Rocky, Erin y Poppy, según el sitio web de la Torre. 

La leyenda asocia la cría de cuervos en la torre con Carlos II y su astrónomo real, John Flamsteed. En la década de 1670, Carlos II nombró al joven Flamsteed como su real observador, y le concedió el uso de una torreta de la Torre Blanca como observatorio.

Flamsteed pronto descubrió que los cuervos con los que compartía su torreta obstruían las vistas a través de sus telescopios e interferían con su trabajo, así que pidió al rey que los desalojara. 

Al principio, Carlos II lo ordenó, hasta que alguien le señaló que deshacerse de los cuervos sería seguramente un mal augurio: estos pájaros siempre habían estado en la Torre, y eran un importante símbolo de estabilidad nacional.

Dada la racha de mala suerte que el país había experimentado en las últimas décadas, tales como la guerra civil, la plaga y el Gran Incendio de Londres, Carlos aparentemente no estaba dispuesto a correr ningún riesgo.

Así que en lugar de desplazar los pájaros, Carlos emitió un decreto real, declarando que seis cuervos deben ser mantenidos en la Torre para siempre. Si los cuervos se van, la Torre se desmoronará y el reino sufrirá un gran daño, según la leyenda.  

Poco después, John Flamsteed se movió a su nuevo Observatorio Real en Greenwich, y los cuervos han sido los guardianes simbólicos de la Torre de Londres desde entonces.

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