Por Mundo Esotérico y Paranormal

Hay muchas cosas en el Universo que aún debemos comprender. Es una máquina grande y vieja que simplemente está produciendo misterios, y nosotros, pequeñas motas de polvo que se arrastran sobre la superficie de un pequeño punto azul,  estamos haciendo todo lo posible por desentrañar todos los misterios.

Desde hace unos años, la comunidad científica está debatiendo sobre el origen de las ráfagas rápidas de radio (FRB), un fenómeno astrofísico de gran energía de origen desconocido.

Pero el año pasado por primera vez, se detectó una FRB emitiendo en un patrón : un ciclo de 16 días, con cuatro días de ráfagas intermitentes y 12 días de silencio. Y hasta el momento no se sabe qué causa estas explosiones de ondas de radio de milisegundos extremadamente poderosas desde miles de millones de años luz de distancia.

Y la ausencia de una explicación lógica y racional ha llevado a algunos científicos a sugerir que su origen podría ser extraterrestre. ¿Pero qué ocurrirá si estuviésemos recibiendo cientos de estas FRB?

Cientos de FRB

En solo su primer año operativo, un radiotelescopio canadiense ha cuadruplicado el número de detecciones de señales cósmicas extrañas conocidas como ráfagas rápidas de radio rápidas extragalácticas. Entre 2018 y 2019, el Experimento Canadiense de Mapeo de la Intensidad del Hidrógeno (CHIME) detectó 535 nuevas señales. 

El nuevo catálogo ampliado de FRB, que ha sido presentado en la 238ª Reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense, permitirá a los científicos analizar mejor los datos estadísticos. A su vez, esto debería ayudarnos para comprender dónde se originan estas misteriosas explosiones y usarlas como una herramienta para comprender si provienen de una fuente extraterrestre.

“Antes de CHIME, había menos de 100 FRB descubiertos en total; ahora, después de un año de observación, hemos descubierto cientos más”, dijo la astrofísica Kaitlyn Shin del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y colaboradora de CHIME a ScienceAlert“Con todas estas fuentes, realmente podemos comenzar a tener una imagen de cómo se ven los FRB en su conjunto, qué astrofísica podría estar impulsando estos eventos y cómo se pueden usar para estudiar el Universo en el futuro.”

Las FRB son increíblemente increíbles. Son ráfagas de luz en longitudes de onda de radio (en su mayoría) provenientes de millones de años luz de distancia que duran solo milisegundos, tan poderosas que descargan, en ese periodo de tiempo, hasta tanta energía como 500 millones de soles.

El primero se descubrió en 2007 y las FRB han sido todo un misterio desde entonces. Debido a que son tan breves y (en su mayoría) impredecibles, son realmente difíciles de estudiar. El nuevo descubrimiento nos muestra que las FRB están distribuidas más o menos uniformemente por todo el cielo.

“Eso es lo hermoso de este campo: las FRB son realmente difíciles de ver, pero no son infrecuentes”, dijo el físico Kiyoshi Masui del MIT. “Si los ojos pudieran ver los flashes de radio de la misma manera que pueden ver los flashes de las cámaras, los verías todo el tiempo si miraras hacia arriba.”

Los datos también confirman algunas otras observaciones previas sobre los FRB. Ya sabíamos que la mayoría de los FRB son señales únicas que no se repiten, pero algunas sí lo hacen. Esto se refleja en el nuevo catálogo de CHIME: el equipo detectó solo 18 repetidoras de las 535 fuentes. 

Las señales de estas repetidoras también son un poco diferentes: un poco más largas y más enfocadas. Y el año pasado, por primera vez, se detectó un FRB proveniente de nuestra propia galaxia, de un tipo de estrella altamente magnetizada llamada magnetar. Sin embargo, esto no significa que se resolvió el misterio; aún es posible que haya otras fuentes y mecanismos astrofísicos que produzcan las señales.

¿Origen extraterrestre?

Desde el descubrimiento de las FRB, muchos expertos en la materia han especulado sobre el origen de las señales, y algunos afirman que podrían ser de origen extraterrestres. El profesor Avi Loeb, catedrático de astrofísica en Harvard, considera que las ráfagas rápidas de radio podrían utilizarse para “fines militares”.

“Es una posibilidad remota, pero ¿podrían al menos algunas de estas explosiones de energía de todo el universo provenir de civilizaciones extraterrestres?”, escribió el profesor Loeb en la revista científica American Scientist.

Además añade que una civilización avanzada no intentaría comunicarse a través de distancias cosmológicas, ya que se necesitarían miles de millones de años para recibir una respuesta. En cambio, un potente haz de radio podría usarse con fines militares o para impulsar una vela ligera y lanzar una carga masiva cercana a la velocidad de la luz.

“Esto suena como una ambición poco realista para nuestra propia civilización”, continúa explicando el catedrático de astrofísica en Harvard. “Pero a pesar de lo que muchos de nosotros podríamos haber escuchado de nuestros padres, es posible que no seamos los niños más inteligentes del vecindario después de todo.”

Tenemos que recordar que el profesor Loeb, a parte de ser un reconocido astrofísico, también es acérrimo defensor de la teoría extraterrestre. Este mismo año publicó un libro titulado Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth (‘Extraterrestre: el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra’), en el que exponía evidencias convincentes de por qué ‘Oumuamua, el primer objeto interestelar detectado dentro de nuestro sistema solar, era en realidad restos de tecnología extraterrestre.

Él y un colega analizaron los números y plantearon la hipótesis de que ‘Oumuamua no tenía en realidad forma de cigarro, sino posiblemente un disco de menos de un milímetro de grosor, con proporciones parecidas a velas que explicarían su inusual aceleración a medida que se alejaba del sol.

Entonces los cientos de señales que ha estado recibiendo el CHIME son la actividad extraterrestre en otras partes del universo.

¿Los cientos de FRB son evidencia de tecnología extraterrestre?

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