Por DW Documental

Cada vez más personas padecen la enfermedad de Parkinson. Muchos de los afectados han llevado una vida supuestamente sana en el campo, practicando la fruticultura y la viticultura. ¿Está la enfermedad relacionada con el uso de pesticidas?

«Me di cuenta cuando estaba podando rosas», dice Ulrich Elixmann. Sus manos simplemente dejaron de funcionar. Se sometió a un examen y el diagnóstico fue devastador: enfermedad de Parkinson. Hoy tiene 60 años, toma 13 pastillas al día, hace gimnasia, terapia ocupacional y logopedia.

Espera frenar la progresión de la enfermedad, la rigidez del rostro, la inmovilidad creciente. Pero hay una pregunta que no se le va de la cabeza: ¿Por qué el párkinson? ¿Por qué él? ¿Y por qué enferman también otros jardineros y agricultores de su círculo de conocidos?

De hecho, el número de personas que padecen párkinson en todo el mundo se ha duplicado desde la década de 1990. Sólo en Alemania, unas 400.000 personas lo sufren. Investigadores como Bas Bloem, de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos, hablan de pandemia: es la enfermedad neurológica que más rápido crece en el mundo, dicen, y está causada principalmente por factores medioambientales. Los países más industrializados se ven especialmente afectados, pues en sus entornos se liberan muchas sustancias químicas diferentes.

Aunque cada vez hay más estudios que demuestran un mayor riesgo para los trabajadores agrícolas, así como para los jardineros, el párkinson todavía no se considera una enfermedad profesional en Alemania. Esto es diferente en Francia. Allí, el párkinson está incluido en la lista de enfermedades profesionales. Por ejemplo, en el caso de Sylvie Berger, de Bordelais, una de las grandes regiones vinícolas de Europa.

Allí se utilizan cantidades especialmente elevadas de agrotóxicos. Sylvie Berger trabajó en la viticultura y hoy padece la enfermedad de Parkinson. Ella recibe una pensión de invalidez profesional, ¿por qué no entonces Ulrich Elixmann, jardinero alemán?

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