Por James Corbett / Corbett Report
Tengo algunas buenas noticias y otras malas para ti. La mala noticia es que (como ya sabrán los atentos Corbett Reporteers), 2021 fue el comienzo del Apocalipsis.
Nos están arrastrando a patadas y a gritos hacia la oscura Visión del Futuro de los Grandes Reiniciadores.
Estamos siendo alimentados en las fauces de La Gran Convergencia en el camino de convertirnos en Humanos por Diseño.
Los Mercados están (todavía) falseados y nos acercamos a la pesadilla de la CBDC (Central Bank Digital Currency) mientras continúa la guerra contra el dinero en efectivo.
La pandilla de Science Says, liderada por El verdadero Anthony Fauci, ha continuado la Pseudopandemia en su camino hacia la construcción de un Estado de Bioseguridad.
Y, oh sí, por cierto,The Corbett Report ya no está en ThemTube (YouTube) (¡Uf!).
Pero aquí está la buena noticia: 2021 fue el comienzo del Apocalipsis.
¿Confundido? ¡No lo estés!
En el inglés moderno, la palabra «apocalipsis» suele connotar un giro desastroso de los acontecimientos o un final catastrófico, pero ese no es, de hecho, el significado original de la palabra. Como explica el Online Etymology Dictionary, nuestra palabra «apocalipsis» procede del griego apokalyptein, de apo- («fuera, lejos de») y kalyptein («cubrir, ocultar»). Por tanto, un apocalipsis es literalmente un gran descubrimiento o revelación.
Entonces, ¿quién puede negar que lo que hemos vivido en los últimos dos años es un apocalipsis?
Puede que el tan publicitado #GreatAwakening se haya revelado finalmente como nada más que Q hopium, pero he oído de muchas personas en los últimos dos años que han tenido que abrir sus ojos por los recientes acontecimientos.
He visto un enorme crecimiento en aquellos que buscan fuentes alternativas de información durante este tiempo. Y me he encontrado con más normies (NdT: gente normal, básica) certificados de toda la vida que ahora están dispuestos a cuestionar las verdades de siempre sobre el funcionamiento del mundo de lo que jamás hubiera soñado que fuera posible en 2019.
Oh, ciertamente, hay quienes han redoblado sus esfuerzos en el sinsentido, decidiendo que su identidad consiste en ser la oveja que bala más fuerte. El auge del estado de bioseguridad está revelando cuánta gente está dispuesta a hacer lo que le digan las «autoridades» a cambio de una palmadita en la cabeza (¿o es una rosquilla gratis?).
Y, ahora que las órdenes de permanencia en casa y los campos de cuarentena son una realidad, estamos asistiendo a la inversión de normas culturales largamente establecidas, en las que «los soplones reciben recompensas» y «Tu cuerpo, su elección» es el nuevo grito de guerra.
Pero esto también forma parte de la gran revelación que está teniendo lugar. Cada vez es más evidente quién está en nuestro lado de la línea en este campo de batalla y quién nunca estará de nuestro lado. Como James Evan Pilato observó tan enérgicamente en New World Next Year 2022, ya no hay oportunidad de esconderse detrás de las palabras educadas y las sutilezas del acuerdo y la discrepancia; los que han seguido esta locura se han puesto más allá de los límites.
No, esto no es algo feliz o alegre. Está destrozando familias, enfrentando a amigos de toda la vida y, para muchos, es el fin del mundo… o al menos el fin de un mundo. Pero, por muy nefastos que sean estos tiempos y por muy desagradables que sean estos acontecimientos, no todo es malo.
Como ya señalé en 2017, la relativa inmovilidad de los últimos 75 años solo ha garantizado el crecimiento lento y constante del Nuevo Orden Mundial, y solo una época de caos y desorden puede hacer descarrilar esta agenda.
«En momentos como éste, cuando el glacial statu quo se ha licuado y todo está en flujo, tenemos una oportunidad para el verdadero cambio. Puedo atestiguar el hecho de que a lo largo de los años he observado como cada vez más personas se han desenchufado de la matriz y han empezado a conocer la verdad sobre el terrorismo de falsa bandera, el fraude de los bancos centrales, el estado policial que se arrastra y otras cuestiones vitales.
A menudo, han sido despertados de su sueño por una gran conmoción del sistema: un 11 de septiembre, un colapso de Lehman, o algún otro incidente generador de caos. Y así es como los que siembran el caos pueden cosechar el torbellino de un público cada vez más despierto, que rechaza las falsas soluciones que la llamada «élite» intenta hacerla pasar por su garganta».
De hecho, la «doctrina del shock» que los aspirantes a controladores del mundo emplean para manipular el tablero global también abre los ojos de los hasta ahora pacíficamente dormidos. Lo sé sólo por observación, pero por experiencia, puedo imaginar una línea de tiempo alternativa en la que el 11-S nunca ocurrió y, en consecuencia, nunca empecé The Corbett Report.
Y, tan seguro como estaba de la verdad de esta observación hace media década, estoy aún más seguro de ello ahora. Muchos están siendo sacudidos de su sueño por el Apocalipsis, al igual que yo fui sacado del mío hace muchos años, y el gran levantamiento que comenté en el Nuevo Mundo del próximo año está tomando forma.
Sí, es importante entender que el Apocalipsis que estamos viviendo es necesario si queremos crear un nuevo sistema que promueva la fluidez humana en lugar de obstaculizarla. Supongo que podría dejarlo así, desear a todo el mundo las acostumbradas felicitaciones navideñas y retirarme de este editorial… pero eso sería demasiado fácil.
Como ven, no tengo una bola de cristal y no puedo ofrecer ninguna garantía de que el Apocalipsis vaya a conducir a ese mundo mejor que pretendemos. Estoy seguro de que algunos se reafirmarán (sin darse cuenta de que estoy de acuerdo con ellos) en que este Apocalipsis, esta gran revelación, ha sido en sí misma diseñada.
Tal vez insistirán además en que no se trata de una revelación (como en la iluminación), sino de un Apocalipsis (como en el juicio y el fin de los tiempos). Que todo lo que estamos presenciando son los toques de trompeta que señalan el comienzo de la tribulación.
Pero, aunque así fuera, ¿qué hay de cierto en ello? Si la vida misma es una prueba de lo que estamos hechos, como algunos postulan, ¿qué mayor prueba podríamos pedir que ésta? Y, si es una prueba, ¿con qué criterios evaluaríamos nuestra respuesta a ella? ¿Por la comodidad con la que podemos vivir en un imperio de mentiras? ¿Por cuántos amigos superficiales podemos acumular? ¿Por nuestra capacidad para enterrar la cabeza en la arena o salir al bosque y evitar el Apocalipsis?
¿O viviendo ahora? ¿Afrontando estos acontecimientos de frente y adoptando una postura? ¿Dando testimonio a las generaciones futuras del dinámico espíritu humano que seguirá resistiendo incluso ante la mayor adversidad?
Este es el gran apokalyptein que estamos viviendo: el descubrimiento de nuestro verdadero yo. Lo que se nos ofrece es la oportunidad de ver quiénes somos realmente y de qué somos capaces. Alégrate.
Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo a todos. No voy a pretender saber lo que nos espera en 2022, pero puedo asegurar que el Apocalipsis ha comenzado.
Visto en: Sott.net
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