Dos objetos luminosos que dejaban una estela durante su entrada a la atmósfera terrestre, fueron captados de forma incidental la noche del pasado 27 de febrero, descendiendo sobre el Monte Fuji, en Japón, por una cámara de monitoreo, reduciendo su velocidad en la medida es que bajan, hasta detenerse poco antes de llegar al volcán, para desaparecer sin dejar rastro alguno.
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