Por Helium 24
En abril de 1885, un artículo publicado por el The New York Times, informó a los lectores que unos mineros del carbón de Moberly, en Missouri, Estados Unidos, mientras estaban perforando un pozo de 100 metros de profundidad, irrumpieron en una caverna, revelando «una maravillosa ciudad enterrada».
Los testigos describieron el lugar como teniendo arcos de lava que se extendían por el techo de la caverna, asomándose por encima de las calles de una antigua ciudad, «que están regularmente dispuestas y cerradas por muros de piedra que está cortada y revestida con un estilo de mampostería bastante bueno, aunque rudo».
Los exploradores descubrieron una fuente de piedra en un amplio patio, que aún vertía «agua perfectamente pura» en su cuenca. Pero lo que interesó a los exploradores era lo que había al lado de la fuente. «Junto a los cimientos de la fuente había partes del esqueleto de un ser humano gigante».
«Los huesos de la pierna medían, el fémur 1.2 metros y la tibia 1.3 metros, mostrando que cuando estaba vivo la figura era tres veces el tamaño de un hombre ordinario, y poseía una increíble fuerza muscular y rapidez». Su cráneo, según el relato, estaba destrozado.
Herramientas de bronce, martillos de granito, sierras metálicas y cuchillos de sílex estaban esparcidos por todas partes. «No están tan pulidos, ni hechos con tanta precisión como los que ahora terminan nuestros mejores mecánicos, pero muestran una habilidad y una evidencia de una civilización avanzada que son muy maravillosas», dice el artículo.
Los exploradores pasaron doce horas en la ciudad enterrada y volvieron a salir a la superficie sólo cuando el aceite de sus lámparas se agotó.
«No se llegó al final de las maravillas del descubrimiento.» «Dentro de uno o dos días se realizará una nueva búsqueda ampliada». , decía el artículo.
Hasta nuestros días no se ha podido encontrar algún registro de la búsqueda ampliada.
Por desgracia, no se dispone de más información sobre este fascinante descubrimiento, y los que informaron sobre el descubrimiento, tanto el Sr. David Coates, registrador de la ciudad de Moberly, y el Sr. George Keating, alguacil de la ciudad, murieron en los ocho años siguientes al descubrimiento, en 1893 y 1892.
¿Habían gigantes en la ciudad olvidada y sin nombre que se descubrió debajo de Missouri?
¿Qué pasó con los huesos humanos de gran tamaño que se desenterraron?
¿Surgirá algún día la verdad sobre la ciudad perdida y olvidada de Missouri?
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