Por Ufo Spain
Durante décadas, investigadores han alzado la voz para que se acepte la teoría de que existieron naves voladoras en la antigüedad. Diferentes textos y relatos antiguos revelarían la existencia de aeronaves de la Atlántida.
El nivel tecnológico de nuestros ancestros, se ha discutido por arqueólogos e historiadores. Algunos aseguran haber descubierto, que los principios tecnológicos de la humanidad proceden de la Atlántida, hace miles de años.
Las pruebas de máquinas voladoras de la antigüedad, podemos encontrarlas en las diferentes culturas antiguas en todo el mundo.
Los “globos de Nazca”
El antiguo pueblo de Nazca, es uno de los centros arqueológicos más importantes del mundo. En sus llanuras se pueden apreciar en las líneas de Nazca, gigantescos geoglifos que presentan diferentes figuras.
Entre ellas destaca unos enormes globos aerostáticos, que han confundido a los historiadores. El investigador Jim Woodman, está convencido que la construcción de estas aeronaves, era posible con las herramientas que los nativos de Nazca poseían.
Y para confirmarlo, charló con Julian Nott, el fundador del Movimiento Moderno en Globo.
Escéptico, Nott escuchó la teoría de Woodman y lo ayudó a construir un globo aerostático con materiales que pudieran haber usado en la antigüedad. Contra todo pronóstico, el globo voló.
«Si bien no veo ninguna evidencia de que la civilización de Nazca volará, está fuera de toda duda que podrían haber volado.»
Julian Nott
Las Vimanas de la India
Quizás la mayor evidencia de naves voladoras en la antigüedad, provenga de la antigua cultura hindú. Específicamente de las Veda.
Las investigaciones más recientes han arrojado evidencia de una civilización avanzada, que existió antes del final de la última Edad de Hielo. Esta civilización habitó parte de la región que es actualmente la India y se cree que pudo haber rivalizado, con otras regiones igual de avanzadas.
Los antiguos escritos sánscritos sugieren que las historias, consideradas fantasía por los expertos durante cientos de años, podrían ser verídicos.
El respaldo de esta teoría se basa en el hallazgo de extraños artefactos y textos adicionales que complementan los registros conservados en los museos y universidades.
En estas historias se pueden leer descripciones detalladas, no solo de naves voladoras, sino de procesos aeronáuticos complejos y piezas mecánicas que existen en la actualidad.
De hecho, expertos la consideran una guía antigua de ingeniería aeroespacial.
Las Vedas también mencionan una guerra aérea y una atómica, que se llevó acabo entre una región al norte de la India y otra desconocida, ubicada en el desierto de Gobi.
Cabe destacar que existe una sección del desierto de Gobi, que ha mostrado señales de radioactividad y varias secciones de la arena están fundida, transformándose en vidrio verdoso.
Las arenas radiactivas de Mongolia podría ser otra prueba más de esta guerra. De la misma forma, los restos encontrados de una antigua ciudad al norte de la India, que muestran signos de radiactividad.
Es gracias a estos hallazgos, que la cuña de Aiud, descubierta en 1973, fue vista bajo otra perspectiva; una mecanizada pieza de metal hecha de una aleación de aluminio.
En un principio se creía que databa de hace 400 años. Sin embargo, los nuevos análisis determinaron que proviene del año 18.000 a. C., casi 20.000 años antes del descubrimiento del aluminio.
Muchos expertos han declarado que este artefacto, podría ser parte de un engranaje de aterrizaje de una aeronave.
William Scott-Eliot y la Visión Remota
La Atlántida, ha sido una de las historias más polémicas de la humanidad. Muchas culturas antiguas hacen mención de un continente perdido, sin embargo, es gracias al filósofo griego Platón, que se dio a conocer la leyenda.
La describió como una ciudad antigua, aún para sus días, similar a una gigantesca isla que se ubicaba más allá de las columnas de Hércules.
Investigadores más actuales sugieren, que su ubicación estaba a las afueras de las costas de España, cerca de las Islas Bimini en el Caribe.
Aunque algunos expertos creen que la Atlántida se encuentra en el Polo Sur, pues esta región está ubicada «más allá de las columnas de Hércules», como mencionó Platón.
No cabe duda que la Atlántida es todo un misterio, sin embargo, nada inquieta más que su antigua tecnología. Muchos historiadores aseguran que este continente poseía grandes naves submarinas y un enigmático cristal de poder, que suministraba energía eléctrica al continente.
Sin embargo, poco se ha hablado de las aeronaves que recorrieron los cielos, explorando el mundo.
El primer texto que tocó esta temática fue «La Historia de la Atlántida y la perdida Lemuria», de William Scott-Elliot, publicado en 1909.
Scott-Eliot describió una tecnología de aviones de navegación basado en una tecnología perdida en la antigüedad.
Aunque muchos expertos ignoraron las declaraciones del escritor, ya que éste no se basó en ningún tipo de evidencia, sino de lo que él llama «Visión Remota».
A pesar de que los historiadores no tomaron en cuenta la Visión Remota, esta habilidad si fue usada por la CIA y el Pentágono en diferentes ocasiones. De hecho, estas agencias la tomaron en cuenta años antes, gracias a los trabajos de expertos, como el genio en electrónica, Michael Faraday.
Las Aeronaves de la Atlántida
Usando este proceso, Scott-Eliot pudo observar cómo funcionaba la sociedad en la Atlántida y de Lemuria. Así descubrió que ambas civilizaciones poseían naves voladoras. El escritor describió su experiencia de la siguiente manera:
«El material con que se construyeron los barcos aéreos era de madera o metal. Los anteriores se construyeron de madera.
Las plataformas utilizadas es sumamente delgada, sin embargo la inyección de una sustancia que no añadía material al peso, daba dureza como el cuero, proporcionaba la necesaria combinación de ligereza y resistencia.
Cuando se utilizaba el metal era generalmente de una aleación, dos metales de color blanco y uno rojo entraban en su composición. La resultante fue de color blanco, como el aluminio y más ligero en peso.
Sobre la áspera estructura de la nave se extendió una gran hoja de este metal, que fue luego golpeado en la forma y soldada eléctricamente donde era necesario.
Sin embargo si era construida de metal o madera su superficie exterior era perfectamente lisa y aparentemente sin problemas, y brillaban en la oscuridad como si estuviera recubierto con pintura luminosa.
En forma eran como de barco, pero estaban invariablemente cubiertas, porque si iba a toda velocidad no podría haber sido conveniente, incluso seguro, para cualquier a bordo que permanezca en la cubierta superior. Su propulsor y mecanismo de dirección podría ser puesto en marcha en cada extremo.»
A pesar de que William Scott-Eliot no se basó en ninguna prueba o relato antiguo para su investigación, sí existe cierto material que podría ser considerado como prueba.
En la Biblioteca de Alejandría hay ciertos pergaminos que sobrevivieron a la destrucción, que hablan de la historia perdida de la humanidad.
Otros expertos han expresado que la Atlántida existió al mismo tiempo que el «súper estado» de la antigua India, conocido como el Imperio de Rama, hace unos 15.000 o 20.000 años.
Incluso, puede que hayan tenido acuerdos comerciales a través de las Vimanas y las aeronaves de la Atlántida.
Es obvio que para los escépticos, todo lo relacionado con la Atlántida, especialmente con sus aeronaves, no es más que un mito. Sin embargo, la evidencia apunta a que otras culturas si poseían máquinas voladoras lo cual, posiblemente, fueron heredadas del continente perdido.
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