A los zombies

Cuando es 2024 y eres el único que no recibió la vacuna

Estimado zombie, te escribo desde la zona viva, soberana y respiracionista, se que nuestro contacto es cada vez más residual y prácticamente inexistente, pues a ti te incomoda mi desobediencia, y yo no soporto tu neurosis, así que seré breve, voy a dedicarte esta misiva para ir preparando una despedida que se intuye inminente e irreversible.

Me han dicho que los tragacionistas, después de la inyección, os habéis convertido en una suerte de frigoríficos andantes con todo tipo de objetos metálicos pegados al cuerpo, y para premiar vuestra obediencia, papa estado os ha prometido que os permitirá regresar a 2019, y todo volverá a ser como antes, jejejejee, no quiero ser aguafiestas, pero me temo que os han tomado el pelo por enésima vez.

Llegados a este punto, quisiera expresarte mi más sincera enhorabuena, porque tras la inoculación, has ascendido en tu escalafón social, pasando de borrego a zombie, en solo un pinchazo … que se dice pronto.

Aunque tus amos hayan retirado la obligatoriedad del bozal en espacios abiertos, ambos sabemos que pase lo que pase, lo vas a seguir llevando, jejeje, porque en el fondo te encanta, pillín.

Tu lealtad y la de tu especie, hacia esas élites gobernantes, que os han convertido en espectros andantes, sería digna de enmarcar, si no fuese porque vuestros hijos van a pagar un peaje muy alto, pues habéis mancillado su inocencia, y habéis pisoteado su infancia, con vuestro miedo neurótico y vuestra miserable ignorancia.

Querido zombie, el tiempo que nos quede por compartir, antes de que ese pinchazo haga su efecto último, o los respiracionistas tengamos nuestro espacio definido al margen de vuestra “zona muerta”, te agradecería me ignores en la medida de lo posible con el compromiso firme por mi parte, de ser absolutamente recíproco en este punto, para así hacer más llevadera y liviana esta transición.

Sin más me despido de ti y de los tuyos deseando que disfrutéis de vuestros bozales, vuestras inyecciones y vuestra perturbación mental, en la medida de lo posible, y deseando también que nunca coincidamos, porque creo sinceramente que tú y yo, no tenemos ya nada que contarnos, hemos llegado a un punto de “no retorno”, y nuestros caminos son antagónicos, así que, si respetas el mío, yo ignoraré el tuyo, recibe un cordial saludo desde la zona viva, desobediente y respiracionista, que la esclavitud te sea leve, hasta nunca.

Feliz semana a todos los desobedientes respiracionistas, (y a los que compartís los textos sin censurar nada) energía y Rock and roll, la cabeza alta, y la cara descubierta siempre!!

Mártin Sánchez

Visto en: Astillas de Realidad

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