La Real Academia Española define la biometría como el “estudio mensurativo o estadístico de los fenómenos o procesos biológicos.” En ese artículo, se plantea la relación y los paralelismos estratégicos y funcionales entre dos modelos biométricos promovidos por estructuras de poder relacionadas entre sí, en dos momentos distintos de la historia: el Tercer Reich y el Gran Reseteo hacia el mundo post-Covid.
El plan para la tarjeta sanitaria ‘Gesundheitspass’
Una investigación del historiador Dr. Béla Bodó (1) refiere que, aunque nunca se llevó a cabo, después de 1938 se impulsó en Alemania un plan para crear un pasaporte de salud (Gesundheitspass) “que habría incluido las huellas dactilares, el grupo sanguíneo y todas las características hereditarias del titular.”
El historiador Dr. Carsten Timmermann explica (2) la función del Gesundheitspass como parte de un proyecto de coerción para un “sistema de vigilancia basado en las ideologías de la higiene social, la biología social y la eugenesia”:
“Los planes de reforma de los gestores de seguros y de los administradores de la asistencia social tampoco estaban necesariamente diseñados para inducir la confianza. Paul Weindling ha puesto en tela de juicio, creo que con éxito, “la opinión de que el Estado del bienestar de Weimar era un producto modélico de la democracia y la preocupación social altruista”. Él sustituye esta visión por una “interpretación del bienestar de Weimar como coerción”, un sistema de vigilancia basado en las ideologías de la higiene social, la biología social y la eugenesia.
Los aspectos de control y vigilancia, de hecho, fueron centrales en muchos de los planes de racionalización sugeridos o puestos en marcha por los profesionales de la salud. El Gesundheitspass, por ejemplo, la ficha sanitaria de cada paciente, preconizada por Richard Roeder, no sólo iba a permitir un traspaso fluido de médico a médico dentro del Ambulatorium. Aunque habría permitido a los profesionales de la salud crear una gran reserva de datos para la investigación genética, no iba a ser accesible para los propios pacientes.
Nunca llegarían a saber lo que la burocracia sanitaria sabía de ellos. El Gesundheitspass nunca llegó a hacerse realidad, pero otras instituciones de asistencia social agruparon de buen grado los datos que recogían sobre sus clientes en grandes bases de datos eugenésicas, o colaboraron con científicos como Jaensch. Weindling describe cómo ‘[l]os científicos fueron un canal para introducir la vigilancia médica en la vida cotidiana’.
Los críticos de la profesión médica tenían razón cuando se preguntaban si el médico no debía “ser ocasionalmente el ‘defensor del individuo’ en contra del interés público”. Sin embargo, es cuestionable si “defensor del individuo” era el papel por el que mejor se recordaba a los médicos en aquella época.
Muchos de ellos eran ardientes partidarios de las propias medidas eugenésicas. Los médicos controlaban y dirigían las instituciones de asistencia social, y la profesión se beneficiaba del estatus de experto que había ganado gracias a la amplia aceptación de la ideología eugenésica.”
El pasaporte racial ‘Ahnenpass’
En 1935, la Federación de Registradores Civiles Alemanes elaboró el pasaporte racial Ahnenpass para su venta masiva. En su tesis doctoral, el Dr. William L Baruah-Young documenta cómo la práctica de la genealogía en el Tercer Reich fue más allá de la afición hasta convertirse en una necesidad.
Según Baruah-Young, un Ahnenpass completo no sólo llenaba a su titular de orgullo familiar y de estatus social al proyectarle como alguien “socialmente distinguible y posiblemente superior”, sino que este pasaporte también fue un negocio rentable:
“En 1937, por ejemplo, un editor observó cómo su propia versión del folleto estaba en su 136ª edición. En abril de 1941, la editorial nacional Westphalia distribuía ejemplares a aproximadamente 20.000 tiendas en todo el país. Las existencias eran ahora demasiado escasas, se quejaba la empresa.”
“En 1935, el Ministerio del Interior aprobó oficialmente el Ahnenpass. A partir de entonces se instruyó a los compradores sobre cómo rellenar correctamente el pasaporte y, a los registradores, archiveros y funcionarios eclesiásticos, sobre cómo autentificar la información suministrada en el folleto.”
“La aprobación oficial del Ahnenpass no era más que una estrategia. De hecho, el gobierno utilizó todos los recursos disponibles para ayudar a los alemanes en su investigación ancestral, tanto si el objetivo del individuo era completar la prueba estándar o el pasaporte racial.”
El Documento de Ascendencia Ahnenpaß de cuatro generaciones era el requisito mínimo para entrar en las SS o la Waffen-SS. La gente lo llevaba consigo en todo momento por si le era requerido demostrar la ascendencia aria. Se dice que algunos perdían sus trabajos y no podían vivir en libertad total sin el pasaporte.
De la Alemania nazi al ‘Gran Reseteo’
La idea del Gesundheitspass en la Alemania nazi como parte de un plan para implementar un “sistema de vigilancia basado en las ideologías de la higiene social, la biología social y la eugenesia”, y el Ahnenpass como herramienta de marginación a los no arios, son muy similares al concepto de pasaporte de vacunación, al proyecto de la OMS para un Certificado Digital de Vacunas con Tecnología Blockchain y a la idea promovida por el ultra-globalista y líder del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, quien advierte que la cuarta revolución industrial a través del Gran Reseteo “llevará a una fusión de nuestra identidad física, digital y biológica” a través de microchips implantables que podrán leer nuestros pensamientos.
Según el historiador revisionista, Dr. Michael Hoffman, la agenda transhumanista se puede rastrear en el pasado hasta la tradición mágica renacentista del papado:
“El reinado futurista de las máquinas, de la ‘materia muerta’ sobre la vida humana, fue inculcado por el culto papista que lo consagró, comenzando en Medici Florence con el texto de Asclepio atribuido a Hermes Trismegisto y la Oratio de hominis dignitate de Pico della Mirandola, más adelante. Planeado por el Astrólogo Protestante Real, Dr. John Dee. Es una de las ironías más profundas en la historia de las sociedades secretas occidentales, que la inteligencia artificial en el siglo XXI se originó con el concepto hermético y cabalístico del “ensouling” (animismo) de las estatuas, una doctrina alimentada por la tradición mágica renacentista del papado.”
Vemos así cómo, en pleno siglo XXI, la dictadura sanitaria global y el Gran Reseteo del Foro Económico Mundial promueven un mundo muy similar al que han promovido los cabalistas, las sociedades secretas occidentales y los nazis (financiados también por la nobleza anglo-veneciana y Wall Street), en el que los no-vacunados y no-implantados podrían terminar marginados de la sociedad y de la economía en la sociedad tranhsumanista de una forma similar a la marginación que tuvo lugar en el Tercer Reich contra los no-arios.
Por último, cabe señalar que el oscuro amigo del Príncipe Carlos de Gales y líder del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, pertenece a una familia suiza de colaboradores nazis, como señala un reportaje de Johnny Vedmore publicado en Unlimited Hangout:
“Especialmente reveladora es la historia del padre de Klaus, Eugen Schwab, que dirigió la rama alemana de una empresa de ingeniería suiza, apoyada por los nazis, actuando en la guerra como un destacado contratista militar. Esa empresa, Escher-Wyss, utilizó mano de obra esclava para producir maquinaria fundamental para el esfuerzo bélico nazi, así como para el esfuerzo de los nazis por producir agua pesada para su programa nuclear. Años más tarde, en la misma empresa, el joven Klaus Schwab formaba parte del consejo de administración cuando se tomó la decisión de suministrar al régimen racista del apartheid de Sudáfrica el equipo necesario para avanzar en su intento de convertirse en una potencia nuclear.”
Referencias:
(1) Béla Bodó: The Medical Examination and Biological Selection of University Students in Nazi Germany; Bulletin of the History of Medicine Vol. 76, No. 4 (Winter 2002), p. 729; Published By: The Johns Hopkins University Press.[https://www.jstor.org/stable/44449392?seq=1#metadata_info_tab_contents]
(2) Carsten Timmermann: Weimar Medical Culture: Doctors, Healers, and the Crisis of Medicine in Interwar Germany, 1918-1933; Centre for the History of Science, Technology and Medicine; A dissertation submitted to the University of Manchester for the degree of PhD in the Faculty of Science, Engineering and Medicine; 1999, p.63.
(3) Baruah-Young, William L / Universidad de Glasgow: From hobby to necessity: the practice of genealogy in the Third Reich. PhD thesis (2014).
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