Por RT
De acuerdo a los científicos, en las dos últimas supererupciones de este volcán fue expulsado cerca de 70.000 veces más magma que en el del volcán de la isla española de La Palma.
Durante las últimas décadas, investigadores a nivel mundial han centrado sus esfuerzos en comprender el comportamiento de los supervolcanes y han dado cuenta del peligro que estos representan en caso de una eventual erupción.
Las grandes cantidades de magma que liberan, aunado a su capacidad de sumergir a la Tierra en un periodo inusualmente frío, conocido como «invierno volcánico», hacen que las supererupciones sean consideradas entre los eventos geológicos más catastróficos de los que se tenga registro, por lo que su predicción es uno de los mayores retos para la ciencia.
En este contexto, una investigación conjunta de académicos de la Universidad de Ginebra y la Universidad de Pekín ha dado como resultado el desarrollo de una nueva metodología de medición que, de acuerdo a la institución suiza, permite estimar el volumen de magma contenido en el depósito del volcán Toba, en la isla indonesia de Sumatra, responsable de dos de las mayores supererupciones de las que se tenga registro en los últimos 2,59 millones de años, y predecir un futuro evento de esta naturaleza.
Según detallan los geólogos en su más reciente estudio, que está por publicarse en los próximos días en la revista PNAS, una de las características de los circones es que su estructura contiene uranio que, con el pasar de los años, se convierte en plomo, por lo que al determinar las cantidades de ambos elementos en muestras recuperadas de erupciones del Toba con un espectrómetro de masas, lograron determinar cuándo se produjo cada una de ellas, arrojando nueva luz sobre el periodo y el ritmo de acumulación de magma que precedió a las erupciones, particularmente a las cataclísmicas.
Des géologues @UNIGEnews et @PKU1898 ont mis au point une technique qui permet d’estimer la taille maximale d’une future #super-éruption du volcan Toba, à Sumatra. https://t.co/24ZIIe9Rwl pic.twitter.com/l0cGfDFrqP
— Université de Genève (@UNIGEnews) November 1, 2021
Datos
De acuerdo a sus resultados, la primera supererupción del Toba ocurrió hace unos 840.000 años, después de que se acumulara magma en sus depósitos por unos 1,4 millones de años, mientras que la segunda, registrada hace 75.000 años, se produjo después de acumular roca fundida por 600.000 años.
Se estima que cada uno de estos eventos arrojó cerca de 2.800 kilómetros cúbicos de magma, 70.000 veces más que el emitido hasta el momento por el volcán de la isla española de La Palma.
Asimismo, lograron calcular el ritmo de almacenamiento de los depósitos volcánicos, estableciendo un aumento promedio de 4 km3 de magma cada 1.000 años, por lo que se estima que actualmente existen cerca de 320 km3 de material ígneo listo para ser expulsado.
A este ritmo, afirma Luca Caricchi, coautora de la publicación, «la próxima supererupción del tamaño de las dos últimas tendría lugar dentro de unos 600.000 años»; sin embargo, apuntó, siempre existe la posibilidad de que se registren erupciones más pequeñas.
Del mismo modo, los geólogos concluyeron que, a diferencia de lo sugerido por otras investigaciones, no se producen eventos extremos, como el aumento significativo de los terremotos o un rápido levantamiento del suelo, antes de que un evento de esta naturaleza tenga lugar.
Consecuencias
«En el volcán Toba todo está ocurriendo silenciosamente bajo tierra, y el análisis de los circones nos da ahora una idea de lo que está por venir», señaló Caricchi, quien advirtió que una erupción de tal magnitud afectaría drásticamente al clima mundial y plantearía numerosos problemas a la humanidad, sobre todo en lo referente al abastecimiento de alimentos.
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