Por RT
El descubrimiento se suma a otros casos que desataron un debate nacional sobre el antiguo sistema de escuelas de asimilación forzada, controladas por la Iglesia católica.
Keeseekoose, una comunidad indígena de Canadá, anunció el hallazgo de 54 potenciales tumbas sin identificar ubicadas en los predios de dos antiguas escuelas residenciales para los niños pertenecientes a las Naciones Originarias, informa CBC News.
Este descubrimiento, realizado cerca de los internados Fort Pelly y St Phillip, que operaron en la provincia de Saskatchewan entre 1895 y 1969 bajo el control de la Iglesia católica en nombre del gobierno, es el más reciente en una serie de revelaciones similares que desató un debate nacional sobre el antiguo sistema de escuelas de asimilación forzada.
Las investigaciones, impulsadas por los propios indígenas de todo el país, han encontrado desde el año pasado evidencias de más de 1.100 fosas anónimas en Marieval (Saskatchewan), Kamloops, Cranbrook, Williams Lake (Columbia Británica) y otras localidades.
Estos centros educativos formaban parte de una política discriminatoria destinada a la asimilación cultural de los niños indígenas en Canadá, quienes fueron separados de sus padres y puestos bajo custodia estatal para integrarse de manera forzosa a dichos internados, donde les apartaban de sus lenguas maternas y sus culturas originarias.
«Van a ser tiempos muy duros… sabiendo que tenemos tumbas sin identificar en nuestra comunidad, por donde caminamos todos los días, manejamos autos todos los días», expresó Lee Kitchimonia, el líder del grupo indígena de Keeseekoose, a CBC News. «Pasamos justo a su lado, sin darnos cuenta de que hay fosas allí», lamentó.
De acuerdo con los datos oficiales que todavía se consideran incompletos, unos 6.000 niños acogidos en las escuelas residenciales especiales murieron, en su mayoría por desnutrición, enfermedades o negligencia, lo que la Comisión para la Verdad y la Reconciliación calificó de «genocidio cultural». Otros resultaron víctimas de abusos físicos o sexuales, admite el Gobierno canadiense.
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