Por Helium 24
En 1952, en lo más profundo de los humeantes bosques de cedro y caoba del sur de México, y tras cuatro años de arduo trabajo, el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier terminó por fin de remover los escombros de la escalinata para acceder a una tumba oculta en donde se encontraba el sarcófago intacto de un gobernante maya, el de Kʼinich Janaab Pakal, también conocido como Pacal el Grande.
Se han descubierto túneles de agua subterráneos directamente debajo del Templo de las Inscripciones en donde se descubrió el sarcófago, lo que refleja los recientes descubrimientos en el también extraño sitio mesoamericano de Teotihuacán, conocido como «el lugar donde los hombres se convierten en dioses».
La cámara funeraria es extraña por el polvo de sulfuro de mercurio y las estalactitas de cristal descritas por Ruz. Todo esto y más ha despertado a la comunidad de la historia alternativa, que dicen que cuando se gira en horizontal la tapa del sarcófago de Pakal, se puede ver la representación de Pakal manejando lo que podría ser un vehículo interestelar.
Aunque todavía no hay un acuerdo unánime, el consenso entre los estudiosos convencionales es que Pakal era efectivamente de una edad muy avanzada y no se le atribuyen deformidades genéticas.
Sin embargo, hay consenso en que Pakal tenía el cráneo y los dientes deformados. Estas deformaciones, insisten en que serían el resultado de una modificación craneal dental artificial. Su esqueleto se describe como «robusto» y el cráneo como de forma «oblicua tabular».
En los numerosos informes que abarcan los 80 años transcurridos desde el descubrimiento de la tumba oculta de Pakal el Grande, hay muchas referencias directas a la documentación fotográfica y a la extracción del cráneo para su análisis en el laboratorio.
Sin embargo, estas fotografías nunca han visto la luz del día y tampoco ningún «análisis de laboratorio exhaustivo» del cráneo. Es muy sospechoso que no se haya prestado más atención y estudio al cráneo durante este periodo, sobre todo por el hecho de que los informes iniciales estaban siendo cuestionados.
Incluso después de la última apertura de la tumba, todavía no se han publicado fotografías o diagramas del cráneo en revistas científicas ni se han puesto a disposición del público. Las fotos y los diagramas que se han publicado rozan el terreno de lo absurdo, pues parecen formar parte de algún engaño infantil.
Las fotos (en su mayoría Polaroids) están todas inclinadas de tal manera que el cráneo queda completamente oculto, mientras que los diagramas simplemente omiten el cráneo por completo.
Por si todo esto no fuera suficientemente desconcertante, algunos datos básicos sobre Pakal son cuestionables, sobre todo si se tiene en cuenta el vacío de credibilidad. Las medidas de Pakal se ponen en duda a partir de simples observaciones de las dimensiones del sarcófago cuando se comparan con las cifras oficiales relativas a su altura. Se dice que Pakal medía uno coma 65 metros, pero su sarcófago mide 3 metros.
Mientras tanto, la cavidad dentro del ataúd monolítico parece no tener más de 0,4 metros hacia el interior de cada borde. Esto es sólo una aproximación, pero si es exacta, eso haría que Pakal midiera más de dos metros.
Esta estimación también se ve reforzada por la iconografía que representa no sólo a Pakal, sino a toda la clase dirigente, que se distingue por su mayor tamaño, sus cabezas alargadas y otros rasgos físicos únicos, como los dedos supernumerarios de las manos y los pies, o los pies en forma de garrote.
Se puede especular razonablemente, dada la evidencia iconográfica, que la élite gobernante de Palenque constituía un grupo humano genéticamente distinto, y su taxonomía amenaza toda la narrativa convencional precolombina respecto a la civilización maya.
Tal vez, el cráneo de Pakal muestre deformidades que no pueden ser causadas por una deformación craneal artificial.
Las antiguas técnicas de deformación de la cabeza o de encuadernación no pueden explicar anomalías como la falta de sutura sagital, el desplazamiento del foramen magnum, o el mayor volumen craneal, que han sido observados por investigadores independientes en otras culturas precolombinas.
Tal vez, el cráneo de Pakal muestre evidencias de rasgos aún más extraños. Rasgos que echarian por tierra todo lo que se nos ha venido contando has ahora.
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