Por Vicente Fuentes

Hace 6000 años en la zona de Inga, en Brasil el pueblo que habitaba allí erosionó en una piedra de cuatro metros de altura un inmensa cantidad de símbolos cuyo lenguaje es totalmente desconocido y que simbolizaban una inmensa batalla y aparición de objetos voladores no desconocidos y similares a los vistos en los círculos de las cosechas y en un sin fin de pinturas y grabados que simbolizaban la entrada en la Tierra de batallas que debían ser recordadas para la historia.

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