Por Jorgen Soby

Visto en: Activist Post

El multimillonario Bill Gates quiere que las teorías de conspiración sobre él desaparezcan.

Gates  dice  que se le han acercado personas en público que le gritan que está «poniendo fichas en la gente».

“Eso es un poco extraño de ver”, dijo. “Wow, esas personas realmente existen; no es solo un robot que envía mensajes locos”.

Según The Guardian, Gates también dijo que es «trágico» si tales creencias hacen que las personas se muestren renuentes a confiar en las vacunas o usar máscaras durante la pandemia de COVID-19.

«Realmente vamos a tener que educarnos sobre esto durante el próximo año y entender… cómo cambia el comportamiento de las personas y cómo deberíamos haberlo minimizado», dijo.

La vacuna COVID-19, a la que se refería Gates, fue obligatoria en países de todo el mundo durante la pandemia de una manera sin precedentes. En países como Canadá, los ciudadanos perdieron derechos como la movilidad por rechazar la vacuna, que fue aprobada con carácter de emergencia.

En una  entrevista en Twitter  con la profesora Devi Sridhar, jefa del Programa de Gobernanza de la Salud Global, Gates dijo que no podía entender por qué algunos teóricos piensan que quiere inyectar microchips a las personas.

“Personas como tú, yo y Tony Fauci hemos sido objeto de mucha desinformación”, dijo. “No esperaba eso. Parte de eso, como poner fichas en los brazos, no tiene sentido para mí, ¿por qué querría hacer eso?

Gates ha sido acusado de querer incorporar microchips en humanos porque ha donado millones de dólares a la investigación de COVID-19, incluido el desarrollo de vacunas, a través de su organización benéfica privada, la  Fundación Bill y Melinda Gates .

En un artículo de opinión del New York Times de Linsey McGoey, directora del Centro de Investigación en Sociología Económica e Innovación de la Universidad de Essex, McGoey escribió sobre las preocupaciones con la Fundación Gates.

Ella dijo que la Fundación Gates está controlada por un consejo de administración inusualmente pequeño, que incluye a “Bill, su esposa separada, Melinda, y el inversionista multimillonario Warren Buffett”.

“Cuanto más grande se hizo la fundación, menos alguien parecía dispuesto a hacer preguntas difíciles sobre su estructura de administración secreta o su inclinación por dar dinero a lucrativas compañías farmacéuticas y de tarjetas de crédito como Mastercard, a pesar de que regalar miles de millones a corporaciones ricas estableció un  precedente inusual y preocupante  en el sector filantrópico”.

Fuente: La señal del contador

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