Por RT
«¿Qué es, una amenaza? Arrogancia vergonzosa», sostuvo Matteo Salvini, el líder del partido italiano Liga, que forma parte de la coalición de derecha que se espera que gane en los comicios.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha pronunciado este jueves acerca de las elecciones generales en Italia, que deben celebrarse este domingo y en las que se espera que gane el bloque derechista liderado por Giorgia Meloni.
La alta funcionaria advirtió que Bruselas dispone de «herramientas» en el caso de que los resultados de los comicios se movieran «en una dirección difícil».
«Mi enfoque es que cualquier gobierno democrático está dispuesto a trabajar con nosotros, vamos a trabajar juntos», declaró Von der Leyen respondiendo a preguntas en la Universidad de Princeton, en EE.UU.
«Si las cosas van en una dirección difícil, he hablado de Hungría y Polonia, tenemos herramientas», agregó, haciendo referencia a las medidas de presión económica que se ejercieron sobre ambos países en respuesta a lo que, según el bloque, socava los principios de la UE.
Las palabras de la jefa de la Comisión Europea fueron calificadas por Matteo Salvini, el líder del partido italiano Liga, que forma parte de la coalición derechista, de «arrogancia vergonzante». «¿Qué es, una amenaza? Arrogancia vergonzosa. ¡Respeta el voto libre, democrático y soberano del pueblo italiano! Amigos de todos, servidores de ninguno», escribió Salvini en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el viceministro de Justicia polaco, Sebastian Kaleta, también arremetió contra Von der Leyen a través de sus redes sociales.
«La presidenta de la Comisión Europea sugiere que, si los italianos eligen un gobierno que no le gusta a Bruselas, los fondos pueden ser bloqueados. Otra prueba más de que el ‘estado de derecho’ es puro chantaje para imponer un dictamen de la UE, o más bien alemán. Eso es la ‘democracia'», expresó Kaleta.
A su vez, el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, se apresuró a aclarar este viernes a los periodistas que la presidenta de la organización no pretendía interferir en la vida política de Italia, sino que «estaba subrayando el papel de la Comisión Europea como el guardián de los tratados [europeos] respecto al imperio de la ley».
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