Por Kontrainfo

“La desaparición paulatina del dinero material ya entró en un camino irreversible. Cada país encaró de un modo diferente este problema”, dijo Pesce el pasado 27 de octubre.

Y agregó:

“En Argentina contamos con una ventaja, ya que desde 2018, el 80% de la población adulta contaba con una cuenta bancaria ya que el sistema de asistencia social de nuestro país está asentado en la distribución de dinero a través de cuentas bancarias”, un grado de bancarización y digitalización que aumentó con las medidas contra el Covid.

En ese sentido, señaló que el paso hacia la digitalización total del dinero, lo que permitiría registrar hasta la más mínima transacción de cada habitante, es uno de los principales desafíos que enfrenta el sistema financiero mundial. El Banco Central de la República Argentina ya tiene las atribuciones para avanzar en este sentido, por el Decreto 207/2022.

Pesce recordó que a partir de la crisis de la pandemia, la instrumentación de asistencia del Estado a través de cuentas bancarias y la mayor adopción en el uso de medios de pago electrónicos llevó a que “el 98,5% –casi la totalidad de la población adulta– tenga una cuenta bancaria o de una billetera virtual”.

Por último, planteó que en el horizonte cercano habrá que ocuparse de los riesgos potenciales que pudieran tener las monedas no públicas basadas en las tecnologías blockchain que no tienen respaldo de ninguna institución estatal o activos subyacentes, lo que deja traslucir que el Bitcoin podría tener los días contados, una vez que haya cumplido su rol de prototipo de moneda digital para la implementación futura de las monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés), las que permitirán un control absoluto sobre las actividades de cada ciudadano.

Pocos días más tarde, el presidente de la Fundación Inclusión Productiva y ex director del Nuevo Banco del Chaco, Carlos María De los Santos, presentó un proyecto para la eliminación del circulante actual de pesos físicos para reemplazarlo por una moneda digital: el Peso Argentino Digital (PAD).

“El Peso Argentino Digital permitiría que todas las transacciones sean detectadas y registradas. Hoy la evasión tributaria ronda el 50 por ciento. De esta forma se eliminarían los billetes y monedas en circulación y se llevaría todo a saldos bancarios”, explicó De los Santos, quien agregó que se puede implementar desde el sistema financiero, lo que permitiría una inmediata instrumentación que utilizaría las estructuras y tecnología que poseen los bancos.

Todos los movimientos monetarios quedarían registrados, “por lo que se eliminaría la evasión impositiva”. Lo que no explica es qué ocurriría con el 50% de población que trabaja en negro, con una enorme cantidad de pequeños emprendimientos que quebraría si se viera obligado a pagar parte de los impuestos que el Estado dispone.

De los Santos festeja que su aplicación no se contrapone a políticas y/o exigencias que limiten el financiamiento por parte de organismos públicos y privados nacionales e internacionales, como el FMI, el Banco Mundial y otros.

El Decreto 207/2022, publicado en abril en el Boletín Oficial, agrega a la facultad de emitir billetes que tenía hasta ahora la Casa de la Moneda, las siguientes funciones:

1. Llevar a cabo todo tipo de actividad relacionada directa o indirectamente con la evolución de las respectivas tecnologías, tales como:

• Captura y proceso digital de datos, imágenes, códigos, sonidos y microchips.

• Diseño y desarrollo de software.

• Implementación de seguridad digital.

• Teleproceso de información, impresión y/o grabación de bases de datos.

• Importación, exportación y transmisión de los servicios relacionados con estos.

2. Desarrollar, gestionar y operar software para:

• Emitir, renovar, revocar y administrar validaciones y certificaciones digitales.

• Sistemas relacionados con la trazabilidad, automatización, análisis de datos, inteligencia artificial y gobernanza digital.

• Desarrollar, gestionar y operar bases de datos centralizadas y descentralizadas y plataformas transaccionales de todo tipo.

Para Rosendo Gravanago, asesor legal en criptoactivos, “esto nos da la pauta de que Argentina está tratando de meterse en la tendencia de las CBDC, una corriente que viene adoptando al dinero fiduciario electrónico centralizado”.

“Esto lo vinos reflejado en países de primer mundo como China y, luego, Estados Unidos, pero lo cierto es que una tecnología tan disruptiva como lo son las criptomonedas tienen una naturaleza totalmente opuesta a lo que proponen los gobiernos”, apunta.

3. Efectuar la administración de los siguientes servicios transaccionales:

• Gestión y ejecución de pagos y/o cobranzas por cuenta y orden de terceros a través del uso de dispositivos electrónicos

• Plataformas transaccionales o de cualquier otro medio.

• Efectuar la gestión, administración y transmisión de servicios y bienes digitales y el procesamiento e intercambio digital de datos y cuentas.

“Con esta normativa, la Casa de la Moneda queda habilitada para la creación de una especie de exchange central”, advierte Gravanago.

“Una medida así reformula la relación entre la gente y el Estado en lo que hace a la tenencia y uso del dinero, y puede reformular la relación de la gente y el Estado con los bancos”, precisa Santiago Mora, y explica que, “por ejemplo, habría que ver cómo queda el tema del anonimato de la gente como tenedora de billetes”.

Mientras tanto, la provincia de Misiones, a través de la empresa estatal Aguas Misioneras, decidió poner en valor “al recurso natural más importante que existe sobre la faz de la Tierra, imprescindible para el ser humano y vital como motor de la economía: el agua dulce”, según explicaron oportunamente a través de un comunicado de prensa.

En esta oportunidad, irrumpe en el mercado de las criptomonedas con el primer token con valor intrínseco: está respaldado por el valor del metro cúbico de agua dulce usada como insumo en el ámbito industrial, comercial y de servicios en la provincia de Misiones.

El token lleva el nombre de Aquacoin e “importa un revolucionario avance en el desarrollo del sistema de criptoactivos”, informan desde la compañía estatal. El proyecto, al momento, está en etapa de prelanzamiento.

“Cada token tiene un valor real -explican-, que equivale al precio del m³ de agua dulce que es utilizada por empresas comerciales, industriales y de prestación de servicios que se encuentran radicadas en la provincia”.

Lo interesante es que la moneda digital está respaldada por el valor del agua, por fuera del mercado de las criptomonedas. La Aquacoin “goza de un sistema de reajuste objetivo de su valor, el que cuatrimestralmente es actualizado por la Unidad Ejecutora de Uso de Agua de la misma empresa”, detallan desde Aguas Misioneras.

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