Por RT

El presidente estadounidense señaló al mismo tiempo que no planea disculparse con Pekín por la decisión de derribar su aerostato.

Los tres objetos aéreos que Estados Unidos derribó la semana pasada no pertenecen al programa de vigilancia China o de cualquier otro país, por el contrario, se tratarían de objetos de índole comercial o de investigación, ha declarado este jueves el presidente estadounidense Joe Biden.

«Todavía no sabemos exactamente qué eran aquellos tres objetos, pero nada en este momento sugiere que estuvieran relacionados con el programa de globos espías de China o que fueran vehículos de vigilancia de cualquier otro país», dijo el mandatario en rueda de prensa.

Biden señaló que los militares de EE.UU. y Canadá están buscando los restos de esos tres objetos para conocer más detalles. «La evaluación actual de la comunidad de inteligencia es que es muy probable que los tres objetos sean globos vinculados a compañías privadas, instituciones recreacionales o investigadoras que estudian el tiempo o realizan alguna otra investigación científica», precisó.

El presidente dijo haber ordenado a su equipo que adapte el enfoque sobre el manejo de los objetos aéreos no identificados para distinguir entre aquellos que son propensos a amenazar a la seguridad y necesitan acciones en su contra y aquellos que no lo son.

Además, sostuvo que los parámetros de esta política clasificada serán compartidos con el Congreso una vez que se completen y se mantendrán clasificados para no proporcionar la hoja de ruta de Washington «al enemigo», con el fin de que no trate de evadir sus defensas.

Asimismo, indicó haber instruido a su asesor para asuntos de seguridad de la NASA que lidere los esfuerzos a escala gubernamental para asegurar el manejo seguro y eficaz de los objetos en el espacio aéreo.

  • De este modo, se establecerá un mejor inventario de objetos aéreos no tripulados en territorio estadounidense, que estará disponible y se actualizará constantemente.
  • Por otro lado, se tomarán más medidas para mejorar la capacidad de EE.UU. frente a tales objetos en su espacio aéreo.
  • En tercer lugar, se actualizará las normas y regulaciones sobre el lanzamiento y operación de objetos no tripulados en el cielo estadounidense.
  • Y por último anunció que el secretario de Estado liderará los esfuerzos para «establecer las normas globales en este sector en gran medida no regulado».

«No queremos una nueva Guerra Fría, pero no me disculpo»

«Enviamos un mensaje claro: la violación de nuestra soberanía no es aceptable. Actuaremos para proteger nuestro país y lo hicimos», expresó Biden al hablar sobre el derribo del globo chino el pasado 4 de febrero luego de que este volara durante varios días sobre territorio estadounidense.

En este sentido, mencionó que se tomaron medidas el viernes pasado para sancionar varias compañías vinculadas al programa aeroespacial del Ejército chino y denegarles accesos a tecnologías estadounidenses, agregando que con socios diplomáticos y aliados mundiales se abordó el programa de vigilancia china.

Mientras, informó que los expertos estadounidenses están analizando los restos del globo chino recuperados del fondo del Atlántico, cuyos datos, aseguró, «van a fortalecer las capacidades» de EE.UU.

«Continuaremos el diálogo con China, igual que hemos hecho las últimas dos semanas. Como he dicho desde el comienzo de mi Administración, vemos una competición, y no un conflicto con China. No queremos una nueva Guerra Fría, pero no me disculpo. Y sí competiremos y manejaremos esta competición responsablemente para que no se desvié hacia un conflicto», añadió.

En lo que va de febrero, han derribado cuatro objetos voladores en Norteamérica. Según funcionarios del Pentágono, la cadena extraordinaria de sucesos de este tipo en tiempos de paz no tiene precedentes.

Aunque ya se confirmó que se trataba de un globo chino el que fue derribado el pasado 4 de febrero cerca de las costas del estado de Carolina del Sur, todavía no está claro el origen de los otros tres. La semana pasada, fueron abatidos objetos no identificados sobre AlaskaCanadá y el lago Hurón, ubicado en la frontera entre EE.UU. y Canadá.

Washington aseguró que el aerostato chino era un aparato de espionaje, al tiempo que Pekín aseveró que la aeronave era de naturaleza civil y que, tras despegar desde su país, «se desvió mucho de la ruta prevista» debido a los fuertes vientos y su limitada capacidad de autodirección.

A su vez, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó la incursión de la aeronave como indicio de que «China y también Rusia aumentan su actividad de vigilancia e inteligencia» contra miembros de la Alianza Atlántica «en muchas plataformas diferentes».

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