Por RT

Visto en: Sott.net

El presidente Joe Biden firmó este lunes una medida que pone fin a la emergencia nacional Covid-19 en Estados Unidos. Aunque originalmente planeaba extender la legislación hasta el 11 de mayo, Biden terminó firmando la ley propuesta por los republicanos y que el Congreso había aprobado a pesar de las objeciones de muchos de sus propios demócratas.

La Casa Blanca emitió un comunicado de una sola frase sobre la firma de Biden hacia las 18.00 hora local, indicando que el presidente estaba de acuerdo con la Resolución Conjunta 7 de la Cámara de Representantes.

Redactado por el congresista Paul Gosar, republicano de Arizona, el proyecto fue aprobado por la Cámara de Representantes en febrero (229-197), y por el Senado a finales de marzo (68-23).

Los demócratas de Biden habían argumentado que poner fin a la emergencia «crearía un caos y una incertidumbre generalizados en todo el sistema sanitario«, pero un puñado de ellos acabaron votando a favor del proyecto de ley propuesto por el Partido Republicano en la Cámara de Representantes, y cerca de la mitad en el Senado.

Hasta el lunes por la noche, no estaba claro qué efecto tendría el fin de la emergencia en dos importantes y controvertidas políticas del Gobierno estadounidense. En vísperas de las elecciones de mitad de mandato de 2022, Biden había invocado los poderes de la pandemia para justificar un plan para condonar hasta 20.000 dólares de deuda federal estudiantil por deudor. También intentó poner fin a la política del Título 42 establecida bajo la pandemia, que ordenaba una rápida deportación de las personas que cruzaban ilegalmente la frontera estadounidense.

La oposición republicana ha impugnado ambas políticas ante los tribunales, insistiendo en mantener el Título 42 y cuestionando la constitucionalidad del plan de deuda estudiantil.

La emergencia fue declarada originalmente el 18 de marzo de 2020 por el entonces presidente Donald Trump, después de que la Organización Mundial de la Salud declarara el Covid-19 como pandemia. En el transcurso de tres años, más de 1,1 millones de muertes estadounidenses se atribuirían al virus.

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