por Por Marc Vidal
El último borrador del Tratado de Cibercrimen de la ONU ha sido descrito por el grupo de derechos digitales estadounidense, EFF, como un retroceso significativo y una ampliación peligrosa de su alcance más allá de los ciberdelitos.
Esta crítica se suma a las ya existentes en el prolongado proceso de negociación del tratado, no solo por parte de ONGs defensoras de derechos, sino también por países miembros de la ONU.
El EFF sostiene que estos recientes avances no son fortuitos, sino movimientos intencionados que merman la posibilidad de que el tratado, en caso de ser adoptado, refleje un consenso adecuado. Originalmente, el Tratado fue concebido como un estándar global para combatir el cibercrimen.
Sin embargo, se ha ido transformando en un tratado de vigilancia expansivo, en palabras del EFF, debido a continuas adiciones y expansiones de sus poderes iniciales.
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