Por RT

En Cascadia, se cree que los grandes terremotos se producen aproximadamente cada 300 o 500 años. El último ocurrió en 1700.

Un barco de investigación que forma parte de un proyecto dirigido por la Universidad de Columbia (EE.UU.) realizó el primer estudio exhaustivo de las numerosas estructuras complejas que se encuentran debajo del fondo marino en una zona considerada como uno de los principales riesgos geológicos del mundo.

Un lugar muy peligroso

Frente a las costas del océano Pacífico, en América del Norte, se encuentra una franja de casi 1.000 km de largo donde el fondo del océano se hunde lentamente por debajo del continente. Este lugar, llamado zona de subducción de Cascadia, alberga una megafalla de empuje donde las placas tectónicas se mueven entre sí de forma altamente peligrosa. Este movimiento genera una enorme tensión que eventualmente se libera provocando los mayores terremotos del mundo.

Una falla de este tipo frente a Japón provocó el desastre nuclear de Fukushima en 2011. Existen zonas similares frente a Alaska, Chile y Nueva Zelanda, entre otros lugares. En Cascadia, se cree que los grandes terremotos se producen aproximadamente cada 300 o 500 años. El último ocurrió en 1700.

El nuevo estudio

El buque de investigación Marcus G. Langseth arrastró una serie de instrumentos geofísicos de última generación, a lo largo de casi toda la zona, en un viaje de 41 días en 2021. Los dispositivos a bordo penetraron el fondo marino con potentes pulsos de sonido y leyeron los ecos, que luego se convirtieron en imágenes, algo similar a cómo los médicos crean escaneos interiores del cuerpo humano. Los datos recopilados permitieron establecer la geometría de la placa oceánica descendente, los sedimentos y la composición de la placa superior de América del Norte.

“Los modelos que utilizan actualmente las agencias públicas se basan en un conjunto limitado de datos antiguos y de baja calidad de la década de 1980”, comentó Suzanne Carbotte, geofísica marina del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty, que forma parte de la Escuela Climática de la Universidad de Columbia. “El megaempuje tiene una geometría mucho más compleja de lo que se suponía anteriormente. El estudio proporciona un nuevo marco para la evaluación de los peligros de terremotos y tsunamis”, asegura la experta.

Un hallazgo clave

Los investigadores se centraron en un segmento en particular de la megafalla, que se extiende desde el sur de la isla de Vancouver (en Canadá) a lo largo del estado de Washington y termina más o menos en la frontera con Oregón (ambos territorios de EE.UU.). En los otros segmentos de la falla, la mayor parte de la interfaz entre las placas propensa a terremotos se encuentra en alta mar, pero aquí el estudio encontró que el ángulo de subducción poco profundo significa que probablemente podría magnificar cualquier temblor en tierra.

“Requiere muchos más estudios, pero para lugares como Tacoma y Seattle, podría significar la diferencia entre alarmante y catastrófico”, señaló Harold Tobin, geofísico de la Universidad de Washington y coautor del estudio. La investigación se publicó el viernes pasado en Science Advances.

¿Predecir los terremotos?

Los investigadores subrayan que no se puede predecir un terremoto. Lo que realmente se puede hacer es pronosticar probabilidades de múltiples escenarios, con la esperanza de ayudar a las autoridades a diseñar códigos de construcción y sistemas de alerta para minimizar el daño cuando algo sucede. Comprender las estructuras y la mecánica subterránea de la zona de subducción de Cascadia permitiría delinear los lugares más susceptibles a los terremotos, qué tan grandes podrían ser y qué señales de advertencia podrían producir.

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