Por Ufo Spain

Los viajes en el tiempo han sido durante mucho tiempo materia de ciencia ficción, pero en realidad, existen casos documentados de pilotos que experimentaron fenómenos extraordinarios que sugieren que pudieron haber viajado brevemente en el tiempo. En esta publicación de blog en profundidad, exploraremos dos fascinantes historias de la vida real de pilotos que se encontraron con misteriosos eventos aéreos que desafían toda explicación.

Para guiarnos a través de estos cautivadores relatos, contamos con la presencia del piloto profesional Iván Castro Palacios, quien ha investigado exhaustivamente estos sucesos inexplicables. Prepárate para adentrarte en un mundo donde los límites del espacio y el tiempo parecen desdibujarse y lo imposible se vuelve realidad.

Victor Goddard: el piloto de la Real Fuerza Aérea que vio el futuro

Nuestra primera historia nos lleva de nuevo a los inicios de la aviación, al año 1919. Victor Goddard, un piloto de la Real Fuerza Aérea, formaba parte de un escuadrón al que le tomaron una fotografía. Goddard no sabía que esa fotografía aparentemente normal se convertiría en el punto de partida de una serie de acontecimientos extraordinarios que marcarían el resto de su vida.

Según explica Iván Castro Palacios, la fotografía en cuestión mostraba a Goddard y sus compañeros pilotos, pero había un añadido inesperado en la imagen:

«En esa misma fotografía de la época, está publicada en internet y todo el mundo la puede ver buscando Víctor Godar y fotografía, eh fantasma o como le quieran llamar, va a aparecer, eh, eh, en esa fotografía donde aparece, aparece una persona extra que no debía estar ahí en primer lugar, eh, se reflejaba la cara de un mecánico que se llamaba Freddy Jackson, que eh precisamente, pues había muerto dos días antes, en un trágico accidente, una hélice en movimiento de un avión le había dado y él no se dio cuenta y le mató, y ese hombre está reflejado. No prácticamente detrás de Godar y sus compañeros, y se le ve perfectamente, por lo menos la mitad de la cara, y todo el mundo lo reconoció.»

Esta aparición fantasmal de un mecánico fallecido en la fotografía fue sólo el comienzo de los extraños encuentros de Goddard con lo inexplicable. En 1935, mientras volaba de Edimburgo a Andover, Inglaterra, Goddard experimentó un suceso aún más extraordinario.

Según relata Iván Castro Palacios, Goddard se topó con una tormenta repentina e intensa mientras estaba en el aire. Mientras luchaba por encontrar un lugar seguro para aterrizar, Goddard se encontró de repente en un entorno completamente diferente:

“De pronto observa que en un momento determinado esa tormenta se abre de alguna manera, se aclara, empieza a encontrar un cielo completamente despejado, eh el sol brillaba mucho más fuerte de lo normal según los testimonios que dejó. Las nubes de repente desaparecieron por completo, prácticamente como si alguien soplara desde más allá y la tormenta hubiera desaparecido por completo y de pronto observa desde su avión en tierra un aeródromo conocido por él, que era el aeródromo de Drem, lo reconoce inmediatamente por la posición, las referencias visuales del terreno y demás, y describe exactamente que ese aeródromo estaba bajo una fuerte luz etérea, lo describe textualmente en los informes con esa palabra.”

La descripción que Goddard hizo del aeródromo de Drem le resultó familiar y desconocida a la vez. Reconoció el lugar, pero la escena que tenía ante él era muy diferente de lo que había conocido. El aeródromo estaba en pleno funcionamiento, con aviones activos y mecánicos con monos azules, un detalle que Goddard sabía que no era habitual en la Real Fuerza Aérea en ese momento.

Iván Castro Palacios explica que las observaciones de Goddard sobre el futuro estado del Aeródromo de Drem se confirmaron posteriormente:

«Le llama la atención precisamente estos dos detalles ve aviones amarillos en tierra y sobre todo ve uniformidades de los mecánicos que están atendiendo los aviones coloreados eh azul no HM cuando hace esa serie de pases cuando ve que nadie se inmuta y nada ve que el cielo está completamente despejado la tormenta ha desaparecido y se da la vuelta por el camino de donde vino hacia eh su base original y empieza a escribir un informe cuando llega después de todo esto empieza a hablar con sus compañeros al principio no dice nada por miedo a que le acusen de que si iba borracho volando había bebido antes del vuelo uh digamos que las malas lenguas de la época eran bastante incrédulas en este sentido no, también pensaban cuando empezaron a conocer la historia de Godar que podía ser otro aeródromo, se llamaba aeródromo de Renfrew. El aeródromo de Renfrew no podía ser porque era absurdo que tuviera ese aeródromo que estaba en la zona donde decía que estaba aproximadamente a 600 km para los aviones de la época, fue mucho viaje, un piloto veterano sabe exactamente dónde está para que nos hagamos una idea, Coruña Madrid está a una distancia de aproximadamente 600 km No. Entonces en ese momento de la historia, ese avión habría tardado horas y horas en llegar. Esa instancia, no, cuando él plasmó todo en los informes y empezaron a buscar una serie de pruebas que desmontaran un poco sus teorías, no había mucho. Se dieron cuenta de que él podía haber visto algo que no fuera por el cansancio por el estrés de la emergencia meteorológica. Empezó a afirmar que lo que había visto eran esos aviones amarillos, mecánicos con monos azules y demás. Y eso no paso en la Royal Air Force hasta 4 años después después de esta historia 4 años después la RAF tomo la decisión de empezar a pintar sus aviones de amarillo y empezar a uniformar a sus mecánicos de otra manera, en este caso usaban monos de trabajo, no de colores eh azules eh pasaron 4 años y en 1939 el aeródromo de dreem se puso en funcionamiento y empezó a funcionar de esta manera porque godar obviamente regreso ahí y realmente vio que eh volando se puede decir en este caso que Victor godar según los reportes es todo eh, escrito en los reportes de la Royal Air Force, es un caso que se investigó mucho oficialmente, se puede decir que Victor Godar es uno de los primeros pilotos que voló su avión al futuro, no sabemos cómo, no sabemos por donde no sabemos con qué peculiaridades que posiblemente no los haya trasladado eh peculiaridades físicas de ese momento peculiaridades de la atmósfera peculiaridades eh que Según los científicos que sostienen que hay eh portales espacio-temporales Pues en fin pudo haber pasado por un sin fin de de teorías.»

La explicación oficial que se le dio a Goddard para su extraordinaria experiencia fue el efecto Cherenkov, un fenómeno que implica la emisión de luz cuando una partícula cargada viaja a través de un medio a una velocidad mayor que la velocidad de fase de la luz en ese medio. Sin embargo, como señala Iván Castro Palacios, esta explicación no explica del todo las detalladas observaciones que Goddard hizo sobre el futuro estado del Aeródromo de Drem.

El encuentro de Goddard con el futuro fue sólo el comienzo de su fascinación por los misteriosos fenómenos aéreos. A lo largo de su carrera, continuó investigando y documentando otros incidentes inexplicables, lo que consolidó su lugar como uno de los pilotos pioneros que experimentaron lo imposible.

El incidente del vuelo 502 de Aviaco: otro misterioso desliz en el tiempo

Nuestra segunda historia nos lleva al año 1978, cuando otro piloto vivió una experiencia desconcertante que le hizo pensar en un posible viaje en el tiempo. En esta ocasión, el protagonista fue Carlos García Bermúdez, el comandante del vuelo 502 de Aviaco, un vuelo comercial entre Valencia y Bilbao, España.

Según relata Iván Castro Palacios, el vuelo transcurría con normalidad hasta que el avión se topó con una extraña formación de nubes:

«Bermúdez y su copiloto en la cabina encontraron una especie de nubosidad al frente del avión que se había formado prácticamente de la nada. No había reportes meteorológicos en esa zona que señalaran, eh nubosidad existente nubes en capas altas nubes en capas bajas. De hecho, si iban alternativamente pues porque podían aterrizar perfectamente ahí, afirmó en el reporte que se redactó oficialmente al final del vuelo que se trataba de una turbulencia totalmente lenticular. Las turbulencias lenticulares que parecen esos ovnis, no esos platillos voladores, siempre están asociadas a turbulencias en las capas altas de la atmósfera.»

La nube no sólo apareció de repente, sino que además emitió una luz inusualmente brillante y compacta, lo que obligó a los pilotos a ponerse gafas de sol para protegerse los ojos.

Cuando el avión entró en la nube, la tripulación experimentó una serie de eventos extraños:

  • Todos los instrumentos de la cabina se volvieron locos, la brújula giraba sin rumbo y los sistemas de comunicación fallaban.
  • El equipo de medición de distancia (DME) del avión comenzó a registrar una distancia cada vez mayor respecto del aeropuerto de Santander, aunque se suponía que el avión se estaba aproximando a él.
  • La brújula indicó de repente que el avión se dirigía de nuevo hacia Bilbao, el destino opuesto al previsto.

Iván Castro Palacios explica que los pilotos estaban completamente desorientados, incapaces de determinar su ubicación ni la dirección en la que se desplazaba el avión:

«Ellos sienten que estan volando hacia atras que no avanzan eh De repente eh la dirección del avión les dice marca como si volvieran a Bilbao La brújula se pone y les da el rumbo a Bilbao en vez de volar a Santander sin que ellos hayan tocado nada en la navegación del avión eh comprueban los rumbos iban rumbo este hacia Santander eh La brújula empieza a marcar rumbo este hacia el otro rumbo contrario comprueban que más o menos eh Prácticamente no avanzan en vuelo y eh en un tiempo aproximado de entre 6 y 7 minutos que es lo que ellos calcularon eh Parece que la aeronave según ellos pues eh No estaba donde debía estar eh sienten que estaban en un lugar diferente a donde volaban, no eh Simplemente volaban pero no se movían a ningún lado, es como si estuvieran haciendo un vuelo estático eh, como un helicóptero, quietos en el aire.»

Cuando el avión finalmente emergió de la extraña nube, la tripulación se dio cuenta de que habían transcurrido 17 minutos, pero no tenían idea de dónde habían estado durante ese tiempo. Los sistemas del avión habían vuelto a la normalidad y no había evidencia de ningún mal funcionamiento técnico o daño en la aeronave.

Iván Castro Palacios cree que este incidente, al igual que la experiencia de Goddard, apunta a un posible evento de viaje en el tiempo:

«Son abducidos, claro, obviamente, abducir un avión que puede tener una capacidad de pasajeros de 50 personas, 60 personas, 30, 100 personas requiere una infraestructura muy peculiar. Hay casos, por ejemplo, en Puerto Rico en que hubo testigos que vieron ovnis casi lógicamente, como que capturaron f14, incluso dijeron que era f14 en los cuartos variables y tal 144 sí y y se lo llevaron. Y bueno, algunos de ellos hasta trataron de contactar o localizar ese f14 desaparecido hay bastantes casos recientemente tenemos el mh 370 que es un avión que está desaparecido allí y nadie sabe dónde está lo mismo sigue volando en otra dimensión creo que no creo que esté en esta dimensión o estaba en esta dimensión ahora a lo mejor no está en absoluto y o aviones.»

El incidente del vuelo 502 de Aviaco sigue siendo un misterio, sin una explicación definitiva de la desorientación de los pilotos y de los 17 minutos que no se explican. Al igual que el caso de Goddard, es un testimonio de la existencia de fenómenos aéreos inexplicables que desafían nuestra comprensión del mundo que nos rodea.

Conclusión: Aceptar lo desconocido

Las historias de Victor Goddard y de la tripulación del vuelo 502 de Aviaco son sólo dos ejemplos de los numerosos incidentes aéreos inexplicables que se han documentado a lo largo de los años. Estos casos, investigados y denunciados meticulosamente, sugieren que puede haber más en nuestra realidad de lo que podemos comprender actualmente.

Como subraya Iván Castro Palacios, estos pilotos no eran dados a la exageración ni a la fantasía. Eran profesionales experimentados que se vieron confrontados a experiencias que desafiaban toda explicación lógica. Sus relatos, corroborados por informes oficiales y testimonios de testigos presenciales, sirven para recordar que aún queda mucho por descubrir sobre los misterios de los cielos.

Si aceptamos lo desconocido y continuamos investigando estos sucesos extraordinarios, podremos descubrir nuevos conocimientos sobre la naturaleza del tiempo, el espacio y la esencia misma de nuestra realidad. Las historias de Goddard y los pilotos de Aviaco nos recuerdan que lo imposible puede, de hecho, ser posible, y que los límites de nuestra comprensión se amplían constantemente, un suceso inexplicable a la vez.

Deja una respuesta

Comentarios

No hay comentarios aún. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *