Fuente: Vision Times en español
Visto en: TierraPura.Org
Un hombre boliviano de 30 años denunció ante la policía y los medios de comunicación haber sido enterrado vivo como una ofrenda a la «Pachamama» (Madre Tierra) en el marco de un ritual indígena.
Víctor Hugo Mica Álvarez salió de su casa el sábado pasado a bailar y beber con amigos, pero jamás imaginó que la noche iba a terminar de la manera en que lo hizo.
En entrevista con el diario local Página Siete, Álvarez describió el aterrador momento en que despertó dentro de un ataúd.
“Lo único que recuerdo es que pensé que estaba en mi cama y me he levantado para ir a orinar, y ya no he podido moverme más”, declaró.
“Con un movimiento rompí el vidrio del cajón, empezó a entrar tierra y así pude salir. Me habían enterrado”, agregó.
El hombre -de la provincia de La Paz- sostuvo “me han querido meter de sullu” en alusión al término que se utiliza para ofrendas a la Pachamama.
La tradicional celebración a la Madre Tierra, propone cada 1 de agosto enterrar alimentos, hojas de coca, chicha y alcohol para agradecer y devolver la comida y bebida que la tierra brinda a los seres humanos. También se suelen pedir cosas.
Un lugareño identificado como Álex Magne, quien lo encontró deambulando, dijo que Víctor Hugo estaba cubierto con cemento en el rostro y la cabeza, declaración que luego fue comprobada.
La víctima alegó que la policía hizo caso omiso a su declaración, porque le pidieron que volviera cuando estuviera sobrio.
“He roto el vidrio, toda mi mano me he lastimado, apenas he salido. En Achacachi (lugar donde despertó). Pero fui a la Policía y me dijeron que estoy en estado de ebriedad».
Mientras espera que se haga justicia, el hombre que se salvó de morir asfixiado bajo tierra, asegura que experimentó el momento más desesperante de su vida.
Los “sullus” o fetos de llama disecados, las hojas de coca y los dulces suelen ser ofrendas a la Pachamama en Bolivia. Este «festejo» se realiza en comunidades quechuas y aimaras de los andes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, en honor a la que es considerada una deidad andina. En el norte de Chile la celebración se conoce con el nombre de Qulqi Uru.
El sacerdote argentino Javier Olivera Ravasique -fundador del blog Que no te la cuenten-comentó el caso con ACI Prensa este 10 de agosto.
“La costumbre colla (quechuas y aimaras) de sacrificar a la Pachamama, no es algo de antigua data, sino incluso contemporáneo, fogoneado por el gobierno boliviano y hasta tolerado a veces por ciertos funcionarios eclesiásticos so capa de ‘inculturación’ evangélica”, indicó el Padre Olivera.
“La ‘madre tierra’ tiene hambre y no siempre de alimentos, sino también de víctimas (sullus) con el fin de conseguir un favor: frutos de la tierra, la producción ganadera o la misma la construcción de un edificio desde sus cimientos”, añadió.
En su opinión, “estas manifestaciones que algunos entienden como simples ritos de ‘inocencia ecológica’, no son sino una manifestación más del maligno de la cual, por gracia de Dios, nuestra Madre Patria, España, nos vino a librar” con la fe católica.
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